
Usted habrá escuchado esa cantinela según la cual el crecimiento español es el más alto de la UE. Pues debe saber que es falsa. En efecto, en 2014 Luxemburgo creció un 5,6%, Hungría 3,7%, Malta 3,5%, Polonia 3,4%, Estonia y Lituania 3%, Reino Unido 2,9%, Rumanía y Letonia 2,8%, Suecia 2,3%, Chequia 2% y Bulgaria 1,5%. España, 1,4%. En 2015 España creció un 3,2%, inferior a Irlanda y Chequia. Así que menos lobos.
Considerando el periodo entre enero de 2011 y finales de 2015 el paro se ha reducido de 5,3 millones a 4,9 millones, pero han disminuido en 100.000 los puestos de trabajo, encontrándose la mayor causa de la caída del paro en una menor población activa: 600.000 personas menos. En conjunto, se han creado más de 150.000 contratos temporales y destruido más de 650.000 de jornada completa.
El déficit español presenta en el último quinquenio el peor comportamiento de la UE. En 2011 sólo lo superaban Irlanda y Grecia -dos países intervenidos-. En 2012 el de España fue el mayor de los 28 países. En 2013 sólo nos superaron Grecia y Eslovaquia y en 2015 únicamente Chipre. En verdad, las discusiones económicas están plagadas de tópicos.
Uno más: "En España se pagan demasiados impuestos". Esta afirmación es falsa. Tomando de nuevo el bloque de la UE, en 2014 la media de ingresos públicos era del 45% del PIB y en España del 38%. Si la comparación se hace sobre impuestos más cuotas pagadas a la Seguridad Social, los resultados son similares: la media de la UE en el 40% y España en el 34%. No se paga más, pero pagan los mismos (los asalariados). Desde la muerte de Franco, la única reforma fiscal que puede llamarse tal la hizo el primer Gobierno de la UCD. Desde entonces sólo ha habido retoque de tipos, tramos, módulos y, sobre todo, exenciones, bonificaciones e incentivos diseñados para beneficiar a unos u otros grupos.