Firmas

El nuevo Gobierno ante el ciclo económico

  • Las medidas que afectan a la estabilidad no van a solucionar la desigualdad

La situación actual del ciclo coyuntural de nuestra economía es algo que deberían tener muy presente los partidos políticos en su campaña electoral y que los electores hemos de valorar, al margen de lo que hagan los aspirantes a formar el nuevo Gobierno, por las consecuencias que se pueden seguir para nuestro futuro bienestar y el de nuestros conciudadanos.

Los ciclos coyunturales, normalmente, se expresan con la tasa anual del PIB y cada ciclo empieza a partir del mínimo, con que termina el ciclo anterior, en una fase ascendente hasta que llega a su máximo y el ciclo termina con el valor mínimo de la fase descendente, que se inicia alcanzado el referido máximo. En una economía abierta, como la nuestra, influyen muchos factores externos en la evolución del ciclo económico, pero sus resultados dependen, en último término, del acierto con que los responsables de la política económica hacen frente a los factores internos y externos, que provocan el ritmo de crecimiento de la economía del país en cuestión.

El ciclo actual de la economía española comenzó su fase ascendente en el año 2012, cuando terminó el ciclo anterior con una tasa negativa de crecimiento del 1,4%. Con el Gobierno presidido por Rajoy y con de Guindos y Montoro como responsables de la política económica, se llegó al pico del ciclo en 2015 con una tasa de crecimiento del 3,2%. A partir de aquí, según la Actualización del Programa de Estabilidad 2016-2019 se inicia una fase de descenso del crecimiento del PIB que, según la Actualización referida, que es más pesimista que la anterior aprobada en abril del 2015, quizás termine en 2016 con una tasa del 2,5%, inferior a la del 3% de las previsiones anteriores.

La estructura del ciclo actual es notablemente mejor que la del ciclo anterior, que comenzó con un -3,6% en el 2009, llegó a un máximo de 0,3% en 2011 y descendió hasta el mencionado -1,4% cuando se comenzó, como hemos dicho, la recuperación del ciclo actual en 2012. Este ciclo anterior al presente se desarrolló en su mayor parte durante el segundo mandato del presidente Rodríguez Zapatero y con la señora Fernández de la Vega como responsable de la economía. Y en ambos ciclos, el actual y su antecesor, la fase ascendente tuvo valores notablemente inferiores al ciclo que le precedió y que comenzó su fase ascendente en el 2002 con una tasa del 2%, con Aznar y Rato como presidente del Gobierno y responsable de la economía, y que alcanzó su pico en el 2006 con un 3,9% en el primer mandato de Rodríguez Zapatero y con Solbes como responsable económico. Este ciclo tuvo una fase descendente con valores positivos hasta un 0,5% en 2007 y a partir de aquí, por la crisis financiera internacional, tuvo un descenso con tasas negativas hasta ese, 3,6% en el 2009 con que comenzó el ciclo anterior al actual, tasa que no se había alcanzado en la evolución cíclica de la economía española durante los años en los que se ha utilizado el actual sistema de medición coyuntural desde 1965.

Este rápido recorrido por nuestra historia coyuntural más reciente nos muestra las posibilidades que tienen los futuros responsables de nuestra política económica de hacer frente a los acontecimientos que determinan la evolución de nuestros ciclos económicos, tomando las medidas adecuadas para garantizar una fase descendente con valores claramente superiores a los de los dos ciclos anteriores. Nuestra responsabilidad como electores está en ver si apoyamos los programas que pueden conseguir ese descenso no muy intenso del crecimiento, o incluso acortarlo.

En las Actualizaciones referidas del Programa de Estabilidad aparece claramente la relación del crecimiento económico, que se registra en los ciclos coyunturales, con los dos factores de estabilidad de cualquier sistema económico: el déficit presupuestario y el endeudamiento, sin embargo, se echa de menos alguna referencia al problema de las desigualdades sociales que, además de ser una realidad socialmente inaceptable, es un factor que puede influir negativamente, en el potencial de ese crecimiento económico que es la base del análisis coyuntural, pero al que no se ha de hacer frente con medidas que pongan en peligro la estabilidad. Se trata, pues, de un aspecto que también ha de ser muy tenido en cuenta al examinar las propuestas electorales, porque no es fácil de encajar en un programa con efectividad y coherencia interna.

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