Uno de los aspectos que más nos ha preocupado siempre a los economistas, especialmente a los que se interesan por los aspectos macro, ha sido los indicadores adelantados. Estas variables nos permiten aventurarnos a hacer previsiones sobre la dirección y comportamiento de la macro. Normalmente los servicios de estudios, analistas y medios de comunicación suelen agrupar una serie de estos indicadores bajo la denominación de barómetro.
Estos barómetros nos dan una visión, tanto presente como de inferencia a futuro, de lo que está ocurriendo en el momento presente en una serie de aspectos de gran interés. En muchos casos comprobamos cómo en lugar de una preponderancia de una noticia de relevancia la opinión pública no comparte esta preocupación, y de cara a la evolución futura esa situación no infiere en las previsiones. Atendiendo al barómetro de este diario, lo anteriormente indicado cobra relevancia. Ahora mismo existe una fuerte preocupación sobre la economía española debido al tablero político. La irrupción de Podemos con un programa económico que está por conocerse, la preocupación por la convocatoria de unas segundas elecciones para poder formar gobierno, el grado de corrupción enquistado en nuestros partidos políticos y sindicatos o el pulso secesionista catalán, son situaciones totalmente novedosas. Mucho se debate sobre la influencia que esta situación tiene en la economía, y hasta el mismo Banco de España irrumpe mostrando la preocupación que esta situación puede tener para el crecimiento futuro, véase el último informe de estabilidad recientemente publicado. Sin embargo, no parece que de momento el caos político esté impactando en la confianza de los empresarios; afortunadamente deberíamos decir.
Ahora mismo la confianza empresarial en la situación económica parece fuerte. Diversos aspectos permiten, no solo neutralizar el referido caos político, sino incluso reforzar esa confianza. De acuerdo con ese barómetro, para empresas y empresarios aspectos como crecimiento de la actividad en todos los sectores productivos, incremento de la capacidad de pago, caída del empleo o impulso en la creación de empresas son aspectos que conforman un escenario de fortalecimiento en la confianza. Es innegable que el contexto es hoy totalmente diferente al que teníamos hace dos o tres años atrás, por ello, las empresas valoran enormemente y de forma positiva la progresiva normalización de la situación. Este incremento de la confianza empresarial explicaría el buen comportamiento de la economía en el primer trimestre de este año, donde, dado el crecimiento registrado, no daría la razón a aquellas opiniones que hablan de un impacto, al menos grande, en el ritmo de crecimiento del PIB.
En todo caso hay que señalar que habrá que estar atentos al resultado de las elecciones y la formación del Gobierno. Parece que si el caos político no afecta a la confianza de nuestras empresas, bien puede ser que sea por confiar en la formación de un Gobierno no rupturista con las líneas ortodoxas y no disruptivas al estilo de lo que ocurre en Grecia. Desde luego, nadie puede negar que nuestras elecciones, la formación de Gobierno y por supuesto el referendo inglés sobre la pertenencia o no a la Unión Europea, el denominado Brexit, son aspectos que pueden influir en el ánimo empresarial.
Es más, la idea de que la política no está afectando a la economía se refuerza si hacemos un análisis entre las comunidades autónomas. Si hasta el momento Navarra era una de las comunidades con mayor nivel de actividad, el cambio de Gobierno reciente con la entrada de partidos nuevos y disruptivos con los tradicionales en esa comunidad, al igual que ocurre a nivel nacional, no parece afectar. Navarra continúa mostrando una magnífica resistencia a ese cambio de Gobierno en todos los ámbitos expuestos por el Ecobarómetro. Por cierto, la ciudad autónoma de Melilla sobresale por ser la que mayor incremento registra. Ya que estamos con comunidades, Galicia, que se había quedado descolgada en el avance de empleo de los meses que cerraron el ejercicio 2015, recupera terreno con un fuerte impulso en la creación de puestos de trabajo.
Otro aspecto que creo muy destacable es que Barcelona aventaja a Madrid en este primer trimestre en la creación de empresas. Desde luego, el traslado de empresas de la comunidad catalana a otras partes del territorio nacional es un hecho contrastado. Rara es la semana que no nos topamos con la noticia de que alguna multinacional o gran empresa catalana hace la mudanza. Podría pensarse que el secesionismo catalán frena el dinamismo económico de Barcelona, sin embargo, el referido incremento del número de empresas parece desmentirlo. Como siempre, a falta de mayores datos para su estudio y, por tanto, sacar conclusiones, habría que tener presente que normalmente el tamaño e importancia de las empresas que se van a otras comunidades, frente al de las empresas que se crean, puede incluir un aspecto muy relevante y transcendente a la hora de determinar el impacto secesionistas, así como la fuerte carga fiscal que las empresas allí instaladas soportan frente al de otras comunidades.
Hasta aquí alguno de los comentarios que surgen al ver los datos que nos aportan este nuevo Ecobarómetro.