Firmas

El peligro de la ingobernabilidad

Tal y como se previó, a raíz de las encuestas, los resultados del 20-D nos han dejado una papeleta de difícil solución en cuanto a la gobernabilidad.

Después de dos meses y medio seguimos sin Gobierno y parece que la situación actual va para largo. En este momento y salvo inesperados cambios de posiciones, todo indica que iremos a nuevas elecciones. El problema es que en estos momentos tampoco parece que sacar nuevamente las urnas pueda conducir a la resolución del problema, que no es solo conseguir formar Ejecutivo, sino que el mismo no sea populista y nos conduzca al suicidio económico. Las encuestas no muestran aún grandes movimientos; cierto que de aquí a las elecciones la intención de voto de la ciudadanía pueda cambiar y aclarar el panorama, pero de momento ese cambio no se está produciendo.

La formación de Gobierno se ve por tanto muy lejos en el tiempo, algo que perjudicará sin lugar a dudas a la economía. Una economía que muestra ya signos de comenzar a estar impactada. No, esta vez no es la prima de riesgo la que muestra que algo anda mal, sino los últimos datos de paro registrado. Conviene señalar que la prima de riesgo, aun cuando está subiendo, no lo hace más porque el bombero apagafuegos, Mario Draghi, tiene la manguera de la política no ortodoxa en funcionamiento y casi con todo seguridad la próxima semana va a bombear más política no-ortodoxa o alargar la utilización de la misma. Sin el BCE la prima de riesgo española sería mucho más alta de lo que actualmente es, la cual además se vería espoleada por la situación bancaria italiana.

Como decía, es el mercado laboral y esos decepcionantes datos de empleo del mes de febrero en lo que fijarse. No voy a hacer aquí la valoración de los mismos; pueden acudir a los diferentes artículos y opiniones que este periódico ha recogido para que veamos que el sentimiento predominante es el de preocupación. El trabajo es un indicador retrasado de la actividad: primero actividad y luego empleo. Por tanto, si los datos de desempleo no son buenos es porque la economía ha comenzado a frenarse. No creo que haya que temer por el crecimiento en este 2016, donde previsiblemente estemos alrededor del 3 por ciento, sin embargo el problema lo tenemos en el 2017. Sin Gobierno que agilice medidas y ponga en práctica reformas necesarias, el próximo ejercicio puede ser un año perdido para rebajar la ratio de desempleo.

Para terminar con el problema crónico de unas tasas de paro elevadísimas es necesario completar la reforma laboral. ¿Quién va a terminar de llevar a cabo la reforma laboral que el Partido Popular con una mayoría muy amplia no ha querido llevar a cabo? ¿Quién va a disminuir el coste fiscal para las empresas de la contratación laboral? ¿Quién va propiciar los mini-jobs? ¿Quién va a transformar el actual marco contractual de indefinido vs. temporal que alimenta la precariedad laboral española? ¿Quién va a reformar la educación para una mayor empleabilidad y productividad de nuestros jóvenes? El problema es muy grave si tenemos en cuenta que alguno de los cuatro partidos se desliza por sendas populistas, más si pensamos que el actual Ejecutivo no ha utilizado su mayoría absoluta para completar e implantar la reforma laboral, como señalaba anteriormente.

Pero no solo es el desempleo, hay otros problemas que no pueden esperar por más tiempo, por ejemplo el déficit público. Las cuentas públicas españolas son un desastre; nuestro país tiene un problema crónico con el desfase entre gastos e ingresos. El próximo mes hay que ir a Bruselas a defender que nos permitan sobrepasar el déficit pues es ya imposible cumplir con el mismo. Pues bien, esta defensa la va a hacer un Gobierno en funciones, donde pesos pesados, incluso el mismo presidente, no saben si van a continuar en política. Un Gobierno al que se le van a pedir a cambio del incumplimiento, reformas. ¿Qué capacidad y fuerza tiene un Ejecutivo en funciones para llevar a cabo esas reformas? Convendrán conmigo que pocas. Además, ese Gobierno tiene que bregar en Bruselas con la preocupación que un partido como Podemos produce en Bruselas, partido que alienta el desorden presupuestario y el desgobierno. No estoy exagerando: recuerden que Podemos es hermano de Syriza. Aún tenemos muy frescas las fotos y las declaraciones de Pablo Iglesias y Alexis Tsipras.

Otro de los problemas que conviene no minimizar es Cataluña y su secesionismo. El Gobierno de la Generalidad sigue dando pasos para la secesión, movimientos que pueden verse fortalecidos con el Brexit. Un buen ejemplo de que el problema está ahí es leer todas las semanas cómo alguna gran empresas o numerosas pequeñas salen de Cataluña a otros lugares. La última esta misma semana, la multinacional alemana Grohe.

No se puede tampoco olvidar la Seguridad Social. Si tenemos nuevas elecciones en junio, fíjense qué curioso el calendario, en julio habrá que sacar otra buena cantidad de dinero de la hucha de las pensiones para pagar la extra a nuestro pensionistas.

La economía presente problemas que hay que encarrilar. Sin Gobierno eficaz y no populista la situación económica se resiente y se resentirá aún más.

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