
El sector de la moda vive una auténtica transformación para ganar presencia internacional y posicionamiento de marca. La industria textil española ha protagonizado en los últimos tiempos algunos de los movimientos corporativos más destacados con la entrada, en muchos casos, de inversores internacionales que se ven atraídos por la mejora y las oportunidades del negocio a raíz de la recuperación del consumo.
La moda es, por tanto, un motor de crecimiento y de empleo. Representa ya cerca del 3% del PIB español y más del 4% del empleo en el territorio nacional. Y es que el crecimiento de España, muy superior al de otros países de Europa de nuestro entorno, y la caída del precio del petróleo de los últimos meses están permitiendo a las familias disponer de una mayor renta para incrementar el consumo de todos estos productos. Así, por ejemplo, las ventas de ropa crecieron más del 5% el año pasado confirmando el fin de siete largos años de caída de facturación logrado ya en 2014 -entonces registró un crecimiento del 2,3%-, y la industria se encamina con optimismo a una época en la que también será esencial la total transformación digital.
Los principales imperios textiles españoles disponen ya de una sólida presencia en el exterior y de un gran posicionamiento como vendedores online que les ha permitido superar mejor la crisis, e incluso crecer, al contar con una cuenta de resultados muy diversificada. A nadie le extraña a estas alturas que firmas nacionales como Inditex o Mango hayan llevado sus marcas a los escaparates más codiciados de infinidad de ciudades del mundo convirtiéndose en auténticos grandes embajadores de la marca España. El middle market será, no obstante, el segmento del mercado en el que se concentrará un mayor movimiento en el futuro. Muchas de estas empresas tienen aún que adaptarse al modelo de negocio actual y para ello requerirán de fondos que en muchas ocasiones vendrán de nuevos socios (grupos industriales, fondos de capital riesgo y otros grandes inversores internacionales -entre otros-). Una maniobra que recientemente ya utilizaron en este sector firmas tan reconocidas en el ámbito nacional e internacional como por ejemplo Gocco, Desigual, Pepe Jeans, El Ganso, Blanco y El Corte Inglés.
La formación de Gobierno en España que permita aplicar las medidas necesarias para continuar con la senda del crecimiento económico será esencial para que el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) siga tan activo en nuestro país y para que la abundante liquidez que existe en el mercado global en estos momentos se dirija hacia España. Todo ello contribuirá, además, a que las operaciones de los próximos años sigan reflejando el atractivo de nuestro tejido empresarial y a que las empresas de moda se conviertan en todo un escaparate internacional en el que potenciar a España como destino turístico de compras.
El crecimiento y la innovación de las firmas textiles resultante de la entrada de estos nuevos socios (entendiendo como tal la creatividad del negocio, el diseño, la capacidad de trabajar con equipos de distintos países y el trato más personalizado) contribuirán, por tanto, a cambiar el modelo turístico español actual basado principalmente en el 'sol y playa'.
Esta transformación de la industria de la moda (más global y más innovadora) es, en definitiva, un incentivo más para que el turismo de compras ocupe, como debería ser ya, un lugar prioritario en la estrategia turística de España. Nuestro país tiene la necesidad de mejorar el posicionamiento a nivel internacional para atraer no solo a un gran volumen de turistas, como ya hacemos, sino también a aquellos con mayor poder adquisitivo. La industria textil de nuestro país tiene las herramientas necesarias (know how, buena reputación, experiencia, capacidad de adaptación a las revoluciones tecnológicas?) para reorientar esta tendencia de los últimos años y atraer a los mercados emisores que más gastan en compras y con mayor capacidad de gasto total. Por esta razón, países como los asiáticos y los de Oriente Medio se perfilan o tienen que perfilarse ahora más que nunca como nuestros mercados potenciales.
Todo ello, tanto la propia transformación de la industria de la moda como el desarrollo de los negocios que pueden verse estrechamente ligados al mismo, contribuirá a reforzar el potencial de España y a impulsar el crecimiento de nuestra economía en un momento en el que existe mucha incertidumbre respecto al crecimiento global.