
Sí, pero... Es el mejor resumen del último encuentro de los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea en 2015. Los temas que dominaron la cumbre fueron la crisis migratoria y la cuestión británica. Dos desafíos que vuelven a amenazar la unidad de los 28. Otros asuntos importantes tratados: lucha antiterrorista y economía de la eurozona con una crisis aún no superada. Desde enero un millón de refugiados intenta llegar a Europa, la mayoría desde Oriente Próximo a través de Turquía para llegar a Grecia. Esta llegada masiva ha saturado las capacidades de acogida en los Estados miembros, incluso los más generosos como Alemania o Suecia. La atención se concentra ahora en las fronteras exteriores del bloque y su falta de control, que amenaza el espacio de libre circulación, Schengen. Como ha señalado el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker "los europeos tenemos una sola frontera y la responsabilidad de protegerla". Su audaz propuesta incluye crear un cuerpo de unos 2.000 guardias europeos, con capacidad de despliegue rápido en aquellos países de la periferia que no logren controlar adecuadamente sus fronteras y aunque estos no lo deseen. Si bien la mayoría de los Estados miembros coincide en la necesidad de un mejor control, en especial Grecia, por donde pasaron algunos de los presuntos autores de los atentados de París, su entusiasmo es menor cuando se trata de aceptar una intervención europea en un sector que amenaza su soberanía. No obstante, el proyecto fue acogido con satisfacción por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.
Se ha puesto especial énfasis en lo referido a los centros de registro de demandantes de asilo ('hotspots') y los programas de reubicación y reasentamiento. Se requiere un calendario claro para ?hotspots? operativos en Italia y Grecia con las capacidades de recepción necesarias. Hay que asegurar que tanto la agencia de control de fronteras exteriores (Frontex) como la Oficina de apoyo al asilo cuentan con recursos suficientes. Los problemas de seguridad en la frontera exterior se resuelven garantizando controles sistemáticos con las bases de datos pertinentes y evitando la falsificación de documentos.
La Unión había prometido a Turquía 3.000 millones de euros para atender a los dos millones de refugiados que acoge en su territorio. De esa cantidad el Ejecutivo comunitario prevé doblar su contribución, hasta los 1.000 millones, para rebajar las cuotas nacionales.
Los mandatarios se han comprometido a acordar la creación del cuerpo europeo de fronteras y guardacostas antes de que finalice la Presidencia europea rotatoria de Países Bajos que tomará el relevo de Luxemburgo el 1 de enero y llevará el mando de las negociaciones hasta el 30 de junio de 2016. Es un pacto político cuyos detalles deberán negociarse en los próximos meses. Y hay que tener en cuenta que la decisión final debe ser negociada también con el Parlamento Europeo, colegislador en esta materia. La "preocupación" por la soberanía permanece y será "tratada en profundidad".
En cuanto a la cuestión británica los líderes mantuvieron por primera vez un debate "franco y abierto" sobre las reformas planteadas por David Cameron, para mantener a su país en el bloque. El premier británico ha prometido organizar un referéndum sobre la permanencia en 2017. Las reclamaciones británicas incluyen el mercado único, la inmigración de los ciudadanos comunitarios, la competitividad y la integración europea. Figura asimismo la petición de que los ciudadanos de otros países de la UE que lleguen al Reino Unido deban vivir allí y pagar impuestos durante cuatro años antes de poder optar a beneficios en el trabajo o a una vivienda social. Cameron pide "progresos reales" y que se protejan los derechos de los países de la UE que no usan el euro.
Europa confía en encontrar una solución para estas exigencias. Pero como ha advertido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, algunas de las pretensiones de reforma son "inaceptables". No se restringirán los fundamentos y principios básicos de la Unión. En especial, la no discriminación y la libertad de movimiento se consideran intocables. Se confía en poder sentar las bases para llegar a un acuerdo con Londres en febrero. En estos casos se suele utilizar la fórmula vacía y neutra de haber logrado "progresos significativos" que intenta transmitir optimismo. Pese a todo, se constata una vuelta a la acreditada política de los pequeños pasos. Puede afirmarse que tras un año dramático y ante un 2016 complicado Europa reacciona y vuelve a moverse.