
Las múltiples carencias que afectan al sistema educativo español vienen provocadas por los cambios de estrategia educativa que se han sucedido a lo largo de nuestra pseudodemocracia, en tanto que cada Gobierno ha implantado su propio modelo de educación. Es decir, los intereses específicos de los partidos políticos se han impuesto durante las tres últimas décadas a las necesidades educativas de los españoles.
Una de las consecuencias de esto es que las ofertas laborales de las empresas no han conseguido ajustarse a la demanda laboral, sobre todo en lo relativo a las politizadas y desprestigiadas universidades españolas.
Otro handicap que afecta al mercado laboral español viene derivado del inmerecido escaso reconocimiento social y profesional del que ha gozado habitualmente la Formación Profesional.
De cara al futuro es básico que se produzca un consenso entre los principales partidos políticos, que permita diseñar un modelo educativo competitivo, capaz de dar respuesta a las necesiadades de las empresas y de la sociedad actual, y que permita poner coto al alto índice de desempleo juvenil.
FP Dual
En este sentido, y según el profesor del IESE Sandalio Gómez, la Formación Profesional Dual podría ser un elemento esencial que debería integrar cualquier arquetipo educativo de última generación, cuyo objetivo sea conectar a los jóvenes con el empleo.
Este tipo de formación está diseñada para combinar la teoría con la práctica en cada una de las áreas de especialización, para lograr que los conocimientos teóricos adquiridos por los jóvenes puedan aplicarse posteriormente a la realidad práctica de las empresas.
¿Es la solución al desempleo juvenil? Sin duda, la exitosa experiencia de Alemania y Suiza, donde la incidencia de esta tipología formativa ha influido en la baja tasa de paro juvenil, no debería pasar desapercibida para España. Sin embargo, el proceso de implantación de esta fórmula formativa no es sencillo. Porque es complicado establecer una relación de colaboración entre los centros educativos y las empresas que pueda conseguir que las prácticas empresariales de los jóvenes redunden en un incremento de la productividad empresarial; y que, paralelamente, que la formación práctico-teórica que reciben los jóvenes rea rentable laboralmente para ellos.
Deberes para Empleo
En nuestro país, la relación contractual que establece la empresa a tal efecto se realiza a través del denominado 'Contrato de Formación y Aprendizaje'. Al respecto, el papel que debe desarrollar el Ministerio de Educación es fundamental, puesto que las directrices curriculares marcadas por la Administración no suelen conectar con las exigencias prácticas de las empresas.
Del mismo modo, el Ministerio de Empleo, persiguiendo el mismo objetivo, es decir, adaptar los conocimientos teóricos a la práctica empresarial, ha creado los 'Certificados de Profesionalidad', un título previo al de Formación Profesional.
Y las empresas también pueden beneficiarse de la bonificaciones en los costes de la Seguridad Social que ofrece el citado contrato.
El lastre de las CCAA
En cualquier caso, la FP Dual en España está chocando con el ineficiente y anticompetitivo modelo de Estado, ya que las políticas de empleo están transferidas a las Comunidades Autónomas, y por tanto cada una legisla de manera distinta. Como consecuencia, las empresas que tienen centros de trabajo en varias autonomías encuentran diferentes normativas a las que se deben adaptar, provocando que la FP Dual no sea rentable para ellas.
Tampoco ayuda el escaso tamaño de la mayor parte de las empresas, ya que hay que recordar que el 99,9% del tejido empresarial español está conformado por pymes.
Indudablemente, la Reforma Laboral de 2012 acertó al intentar potenciar la FP Dual. No olvidemos que antiguamente existía la figura pseudolaboral del "aprendiz" y la misma no estaba identificada con el trabajo basura sino con el aprendizaje para el posterior desarrollo exitoso de una profesión.