
En épocas de crisis, da la impresión de que todas las salidas al mercado laboral son escasas. Lejos de este pensamiento y cumpliendo sus funciones principales, universidad y Formación Profesional (FP) se dan la mano para dar ejemplo de su buena labor como formación mínima a la hora de optar a un buen empleo.
Así, en Barcelona, el 90% de los graduados encuentran una salida profesional tras haber cursado ciclos formativos, según datos de la Escuela Salesiana de Sarrià.
La directora general de Femxa, consultora y centro de formación, Patricia García, explica que "hay una carencia clara entre la formación y lo que, realmente, demandan las empresas -a falta de alineamiento-. La Formación Profesional es el modelo educativo que más cercanía tiene hacia las empresas con los modelos de formación en centros de trabajo que, cuando finaliza el curso en junio, el alumno tiene unas prácticas en alguna compañía, sea del tamaño que sea".
Sin la ESO
Hay una lamentable situación en España, que se muestra muy claramente el último Índice de Competitividad Global publicado el pasado mes de septiembre. En él se muestra que el 45% de la población española no posee en su currículum vitae el título de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Dato que se corresponde, tal y como afirma Patricia García, con "una población poco cualificada o de baja cualificación si lo comparamos con el resto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que baja el dato hasta un 22%".
No todo son números negativos, hay que buscar distintas vías para resolver el problema. Y es que existe una incidencia directa: cuanto menos formadas están las personas, menos empleo se crea en la población. "Siempre solemos doblar las cifras que expone como medias la OCDE. El 31% de la población que está en paro no tiene formación profesional. Por tanto, se muestra que la formación incide claramente en el empleo", indica la directora de Femxa.
Salidas profesionales
Llegados a este punto cabe preguntarse cuáles son las salidas profesionales que ofrecen la universidad y la Formación Profesional a la hora de encontrar un buen puesto de trabajo. En España, la primera, la opción universitaria, se orienta hacia lo académica, en contraposición de la FP, cuyo destino toma las riendas en la capacitación y cualificación de trabajadores orientándolos hacia una realidad cotidiana de la empresa. Esta vía de formación proporciona, de forma directa, un descenso en el desempleo en nuestro país.
Según Patricia García: "Estamos orientados hacia una era donde la tecnología necesita una avanzada formación técnica. Hay un nicho dentro de la Formación Profesional que debe explotarse y que está enfocado a aquellas personas que sepan manejar las herramientas de trabajo tecnológico. En este sector hay una gran oportunidad. La formación hay que mirarla con buenos ojos, de la misma manera que a las necesidades de empleo, porque, a pesar de las tasas de desempleo, existen muchos caminos para fomentar nuevas oportunidades de trabajo".