
Alejandro Lerroux fue un político nacido en la izquierda anti-nacionalista, afincado en Barcelona, donde llegó a ser llamado el Emperador del Paralelo. Diputado varias veces y fundador del Partido Radical Republicano participó en el advenimiento de la II República, formando parte de su "comité revolucionario". Fue presidente del Consejo y ministro, apoyando al final a gobiernos de la derecha (CEDA) de 1933 a 1935.
Escándalos como el del estraperlo acabaron con una carrera larga y compleja. Albert Rivera parte de una posición centro-izquierda, afincado en Cataluña, y su política es contraria al secesionismo catalán. Tres coincidencias, ¿se dará la cuarta? ¿Apoyará a un Gobierno de centro-derecha en la próxima legislatura?
¿Qué hará Ciudadanos?
Es lo que muchos analistas esperan si Mariano Rajoy es la lista más votada y no forma mayoría la conjunción PSOE, Podemos, Izquierda plural y nacionalistas varios. De manera que España repite el frentismo de la República, que tan malos resultados dio, con un Partido Popular apoyado por Ciudadanos y los demás en contra. La diferencia es que la sociedad española no es la de entonces.
La Transición y su desarrollo económico ha dado paso a una economía de servicios e industrial, frente a la agraria de la primera mitad del siglo XX, y unas clases medias extensas en lugar del proletariado rural y urbano propicio a la revolución. No son las mismas circunstancias, como Rivera no es Lerroux. Lerroux pudo evitar el choque frentista, pero ni lo intentó, ni lo consiguió. Adolfo Suárez (UCD) lo hizo hace 36 años.
¿Será capaz Rivera de conseguir ese empeño en la próxima legislatura? Las encuestas reducen su expectativa de votos al cuarto puesto y la ley D'Hondt, con muchas provincias en las que solo saca diputados el primer, el segundo y, con suerte, el tercer partido, le augura una representación parlamentaria poco extensa, ¿suficiente para tan importante misión?