Firmas

Grecia debería pensar en pasado mañana

Los grandes paradigmas, modelos, arquetipos e incluso mitos, tales como Democracia, Justicia, Patria, Revolución, Monarquía o República se han ido constituyendo en el imaginario colectivo a través de dos parámetros: tiempo y cotidianeidad.

Creo que tanto los defensores del "sí" como los del "no" (entre los que me cuento), corren el riesgo de plantear esta confrontación como si fuera la decisiva. No niego la importancia de ganar esta batalla, pero al ganarla tienen ante sí una tentación que puede serles letal: no pensar en el día siguiente de su victoria.

El Gobierno griego triunfó y deberá asumir, y preparar a la población para ello, que en la eurozona y en esta UE (no confundir con Europa) no tiene futuro. Deberá afrontar la puesta en marcha de unas alianzas con agentes y potencias políticas y económicas fuera del ámbito del euro. La troika no puede ceder so capa de abrir una caja de Pandora que está sin cerradura.

Pero si hubiese triunfado la posición del "sí", ésta se hubiese encontrado, tras los días de fastos y titulares triunfales para aviso de navegantes, con que no se pueden aplicar sin más las cláusulas y condiciones que han motivado el referéndum porque, de ser así, bastaría que el dimitido Gobierno griego (si hubiera perdido) volviera por sus lares apoyándose en la frustración y en la rabia consecuentes.

En consecuencia la troika debería haber dado la imagen -con hechos- de que ha escuchado y ha entendido. Pero hay algo más que no quiero dejar de señalar. El referéndum del 5 de julio en Atenas abre una nueva época. La UE, que se ha desarrollado en función de intereses y prácticas en abierta oposición a los DDHH y a sus grandes principios fundacionales no podrá soportar más tiempo sin cambiar, siquiera superficialmente. En contra de ella operarán el tiempo y la cotidianeidad. El 5 de julio no se acabó nada, comenzó otra fase de la mal llamada construcción europea.

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