
Ya conocerán el chiste, pero, para quién no lo conozca, se lo cuento. Y no me lo tomen a mal mis amigos vascos, que son muchos porque llevo toda mi vida veraneando por aquellas tierras, prueba de que soy un enamorado de la tierra y de su gente. Pero no por eso hay que perder el sentido del humor - que allí no falta- así que les recordaré ese de que van dos de Bilbao por el campo buscando setas y uno de ellos se encuentra un Rolex semienterrado, así que, emocionado, le dice al otro "¡Patxi: que me he encontrado un Rolex!" Y el otro, mosqueado, le responde: "pero a ver Aitor: a que estamos ¿a Rolex o a setas?"
Pues mucho me temo que en Europa estamos a setas. Mientras nuestros políticos tratan de convencer a los griegos de que no se pueden jubilar a los 57 años y les ofrecen que el cambio lo hagan en diez años para que no se estresen, Obama está a punto de firmar el mayor tratado de comercio global de la historia desde el de Uruguay en los noventa, en el que, entre otras cosas, se creó la Organización Mundial de Comercio.
Creando comercio, creando riqueza. Incluso luchando contra su propio partido, que ha sido donde ha encontrado la mayor oposición. Obama está a Rolex. Ha cometido errores -quién no- pero hoy no "toca" analizar su gestión. Hoy toca que nos miremos y miremos al otro lado del Atlántico. Y yo al hacerlo siento vergüenza. Allí se habla de tratados de libre comercio, de coches eléctricos y sin conductor, de autosuficiencia energética, de inteligencia artificial, etc. Allí se fomenta el empresariado. No es casual que sea de EEUU de donde salen empresas como Apple, Amazon y compañía. En EEUU se valora al que innova, al que crea empleo.
En Europa sólo se habla de Grecia. De una economía que no representa ni el 2% de la eurozona. Estamos discutiendo sobre si deben jubilarse a la misma edad que los demás o si deben pagar impuestos, entre otras sesudas cuestiones de complicada respuesta. Y estamos creando el precedente de que una vez uno entra en el euro, puede tumbarse a la bartola porque, pase lo que pase, no se sale. Y que será otro el que pague los platos rotos de los políticos, confundiendo así la solidaridad con la falta de seriedad.
En EEUU Obama se enfrenta a su propio partido por algo que considera bueno para el país. En el Reino Unido Thatcher se enfrentó incluso al propio país para sacarlo del agujero en el que estaba. Grecia tiene actualmente la misma consideración crediticia que Zambia, el otro país que retraso un pago al FMI. Pero Grecia comparte divisa con Alemania. Es surrealista. Y Grecia jamás podrá pagar su deuda. Es económicamente imposible. Nos estamos engañando porque los políticos no quieren reconocer que cometieron un error. Se basaron en criterios políticos y no económicos, en que Grecia es Europa. Claro que lo es, pero puestos a plantearlo así, los países del Este también lo son, y ahí están: en la lista de espera del euro.
Pero Alemania tenía que poner un tapón frente a Turquía. Y la posición de Grecia es importante estratégicamente hablando. El bajo vientre de Europa, como decía Churchill. Estamos manteniendo una situación que sabemos que es insostenible porque no tenemos lo que hace falta para asumir el error, buscar una solución razonable -una separación amistosa con una buena pensión compensatoria- y tirar "palante". O, ya puestos, admitamos claramente y sin tapujos que es una cuestión política y que estamos dispuestos a mantener a Grecia en el euro porque están donde están y que a lo hecho pecho. Pero para eso basta una semana, no son necesarias esas interminables y cansinas negociaciones y declaraciones que al final son un puro show para que parezca que hay un gran trabajo político detrás, cuando lo que hay es incompetencia e improvisación.
Porque lo peor de todo no es ya lo que nos cuesta Grecia. Y lo digo literalmente, porque lo pagamos Ud. y yo vía las instituciones públicas que se han quedado con el "marrón" de su deuda. El problema es el coste de oportunidad de dirigir nuestra energía y la de nuestros mandatarios hacia cuestiones que en el fondo son menores. Y digo menores y digo bien, porque la mayor es el bienestar de los ciudadanos, el crecimiento y el empleo. Así que, por favor, aligeren, lleguen a un acuerdo o corten por lo sano, porque nosotros, trabajadores, empresarios, la ciudadanía en general, estamos a Rolex, y ustedes, a setas. Va siendo hora de que se centren.