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¿Por qué los populistas han ganado las elecciones?

  • Si alguien trabaja por el populismo en España es el Partido Popular
Esperanza Aguirre, en una imagen de campaña.

El populismo campa a sus anchas por España. Madrid y Barcelona, tomadas por insensatos que "no saben cómo van a pagar sus promesas". Yo tampoco lo sé en vista de que la deuda pública oficial ronda ya el 100 del PIB y la real ronda el 140% . Deuda acumulada con gobiernos "de bien", todo sea dicho.

Lo que ha pasado en las elecciones queda claro, han ganado todos menos Rosa Díez. Pero además crecen, como decíamos, opciones alternativas a la estabilidad bipartidista. Llegado este punto la pregunta es ¿por qué?

El populismo, en su definición más esquemática y aceptada, es una "doctrina política que apela a los intereses de una mayoría en contraposición a una elite". O sea, que Podemos y su "arriba y abajo" son, efectivamente populistas y, dicho sea de paso, encajan con un rasgo bastante generalizado de la doctrina, la superación del eje izquierda-derecha. Pero hay que ahondar un poco más en el "populismo podemita". Según lo definiera Esperanza Aguirre este es un "populismo bolivariano". Afinemos un poco esa definición (con permiso de doña Esperanza) hacia el más amplio pero más preciso "populismo latinoamericano", en el que se realmente encuadran las políticas desarrolladas en Venezuela desde la llegada de Chávez al poder. En ese sentido habría que deslizar el análisis desde la figura carismática de Chávez hasta las condiciones subyacentes que han propiciado el esplendor del fenómeno en Latinoamérica. Y en esto coinciden todos los teóricos, el populismo latinoamericano se asienta en la desigualdad y el rechazo al imperialismo estadounidense. Es decir, necesita que existan previamente una acusada desigualdad social y un enemigo externo que ponga en jaque la soberanía.  

Chávez tenía a Bush, Iglesias a Merkel

Si Chávez tenía a Bush y a la OEA, Pablo Iglesias cuenta con Merkel y el BCE (aunque despotrique de la arquitectura europea en general). Si Chávez tenía un país de oligarcas y miseria, Pablo Iglesias tiene... ¡Oh, wait! (que dirían los tuiteros). Pablo Iglesias tiene un estudio sobre las condiciones de vida publicado hoy por el INE que certifica que la población en riesgo de pobreza aumentó hasta el 22,2% en el último ejercicio estudiado, 2013. El mismo estudio muestra que los ingresos medios de los hogares no han dejado de caer desde 2009 y que un 14,2% de los ocupados viven por debajo del umbral de la pobreza (qué triste trabajar para ser pobre). El estudio es verdaderamente deprimente pero quizá no tiene el 'gancho' de otro, este de la OCDE, que constata que el sistema español de prestaciones sociales redistribuye hacia arriba, esto es, que el 30% más rico de la sociedad recibe más ayudas públicas que el 30% más pobre. Todo ese abono tiene el populismo en España.

Hay otro uso del término populismo, acuñado por los socialistas y comunistas de mediados de siglo, que llamaban populistas a los políticos que beneficiaban a una mayoría social con pequeñas dádivas para contener un cambio efectivo y profundo de modelo. En este catálogo bien podrían encuadrarse algunas medidas del Gobierno actual de España que sin casi presupuesto y dudosa pertinencia reconfortan a los fieles sin necesidad de modificaciones legales sustanciales. Este sería el caso de los impuestos negativos a las familias numerosas o la reciente idea de indemnizar a jubiladas con hijos subiéndoles la pensión hasta un 15%. Quepa señalar un dato de la encuesta del INE, la pobreza entre los menores de 16 años (29,6%) casi quintuplica la que se da entre mayores de 65 (5,9%). Como consideración general, las reformas del PP no han sido mucho más que modificaciones superficiales para cuadrar los números que pedía Europa. Nada de cambiar el modelo, sea cual sea el modelo que tiene España y si es que tiene alguno.

El populismo también se ha confundido a menudo con la demagogia que, DRAE en mano, es la "Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder". Aguirre quizá le dijera al oído a aquella señora negra que los de Podemos eran unos populistas, y que ella le pondría un AVE en la puerta de su casa. Pero quizá quería decir demagogos y quizá no era quién para decir tal cosa.

En todo caso, sin contar a los nacionalistas autonómicos, dos partidos en España casan más que el resto con las definiciones tradicionales del populismo, Podemos y Partido Popular. Pero, al César lo que es del César, si alguien trabaja por el populismo en España es el Partido Popular: encaja en la confusión con la "demagogia", encaja en la definición obrerista de mediados de siglo en Europa y ha propiciado todas las condiciones de desigualdad y pérdida de soberanía necesarias para el auge de un populismo de corte latinoamericano, Podemos.

Las elecciones las han ganado los populistas, pero quizá no los populistas que muchos piensan.

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