
Vuelven los buenos tiempos y los broker españoles sonríen de nuevo tras cinco años de inactividad. El control de la crisis de la zona del euro y el posterior repunte en la actividad de la economía española han contribuido a un aumento de la liquidez.
El año pasado fue el mejor desde 2007 en lo relativo a operaciones de inversión, con el sector del retail a la cabeza. Las operaciones de superficies comerciales superaron los 2.000 millones de euros, una marca récord, incluida nuestra propia contribución. A grandes rasgos, la inversión en retail mantuvo cierta distancia con el máximo histórico registrado en 2006 dado que los inversores al otro lado del Atlántico, especialmente los estadounidenses, retornaron con fuerza, asumiendo todo tipo de riesgos a la hora de apostar por casos de recuperación.
El sector de oficinas, históricamente un coto reservado a family offices y promotores nacionales, se quedó a la zaga de las cifras manejadas en el sector del retail debido a la escasez de oferta. No obstante, las operaciones en este segmento triplicaron las cifras registradas en los últimos años. La apuesta por la recuperación del sector de oficinas también es atractiva: los alquileres registraron una vertiginosa caída del 40% y apenas han comenzado a recuperarse.
Incluso con rentabilidades del 5%, los valores de activos prime se sitúan muy por debajo de la media europea y presentan un importante margen de repunte a medida que la recuperación económica se vaya consolidando. Los propietarios de activos en el distrito central de negocios se han negado a dividirse, lo que ha llevado a los inversores a la periferia de las ciudades, donde se concentraron la mayoría de operaciones del pasado año. Se priorizan los activos que generan caja constante, lo que contrasta con la tendencia de hace un par de años, cuando los inversores priorizaban las oportunidades de rehabilitación y readapatación y los inmuebles desocupados.
Llega una racha favorable
Por todo ello, el escenario es el propicio para que se instale una racha favorable a partir de 2015. Los agentes del mercado no estamos en absoluto preocupados por la posibilidad de que España quede atrapada en un nuevo episodio de especulación del mercado de deuda corporativa si Grecia le pide el divorcio a Merkel. Siendo justos, los mercados de renta fija y renta variable también parecen estar relajados.
No se intuye la más mínima sombra de preocupación por las próximas elecciones generales, en las que los partidos antiausteridad podrían hacerse con el poder político. España adoptó las medidas necesarias después de la crisis financiera y ahora cosecha los frutos de una marcada recuperación económica de índole cíclica. Sería una pena poner en peligro estos resultados que tanto sacrificio han exigido y que la confianza en el mercado de deuda corporativa cayera.
Pese a la incertidumbre sobre si Podemos, el partido antiausteridad más importante, llegaría a formar alianzas de gobierno el riesgo, a priori, es relativamente pequeño. Asumiendo que todo vaya bien, el mercado inmobiliario debería verse beneficiado durante algún tiempo por los considerables niveles de liquidez, por lo menos hasta que el BCE despliegue su programa de relajación cuantitativa.