
El refranero español. Fuente inagotable de sabiduría. Entre la Unión Europea y los acreedores de Grecia han aportado hasta la fecha unos 260.000 millones de euros en forma de quitas, rescates, créditos, etc. Grecia necesitará una segunda votación.
Para hacernos una idea de lo surrealista de la situación, comparémoslo con el rescate de las cajas españoles, que fueron unos 60.000 millones de euros, lo que ya de por sí es una barbaridad. Y la economía española es muchísimo mayor que la griega, lo que permite hacerse una idea de lo que está costando la broma. Y los españoles, nos guste o no, vamos a devolver ese dinero. Grecia puede permitirse el lujo de negociar quitas porque a ellos les funciona y porque lo de pagar impuestos como que no está muy de moda en aquel país, mientras que aquí es parte central de la política económica del Gobierno.
A mí lo de Grecia me recuerda a una persona que pertenece a un club de campo que no puede pagar. No puede pagar la cuota anual -y entonces le tienen que echar un cable los demás socios-, no puede pagar el equipo de golf -nuevo cable-, ni tampoco los precios del restaurante (nuevo sablazo). Y encima el socio en cuestión tampoco vive feliz, porque incluso con ayudas le sale carísimo pertenecer al club y, por si fuera poco, no le gusta el golf.
Porque, ateniéndonos a las encuestas recientes que tanto asustan a los mercados, la mayoría de los griegos está o por salir de la UE o por que les paguen el 100% de la cuota o algo así. Entonces, uno se pregunta: si los griegos no son felices en la UE y a los socios de la UE no les hace felices pagar porque sigan dentro ¿Por qué no llegamos a eso que en los divorcios se llama de mutuo acuerdo, un divorcio amistoso?
El impacto inicial sería malo en los mercados, puesto que inmediatamente se pensaría en España e Italia. Pero no harán falta muchos días a los analistas extranjeros para concluir que España está a años luz de Grecia económicamente hablando. Y no digamos Italia. Y pensemos si en lugar de seguir pagando ad eternum no sería mejor hallar una solución definitiva. Porque, como dijo Bill Gross "lo de Grecia es como una película de terror: se sabe que acabará mal, pero no cuando".
Los dos caminos
Concretando: se podrían hacer dos cosas. Primero, encender el motor de la economía griega. Una especie de Plan Marshall. Con los 260.000 millones que ya se han empleado en el asunto se habría puesto en marcha la economía griega rápido y se habría saneado su sistema financiero. Luego, al motor se le metería el turbo de la salida del euro, pues su nueva divisa sería tan competitiva o más que la de cualquier país emergente (a nosotros turísticamente nos fastidiarían, pero no se preocupen, esto no va a ocurrir, es economía ficción).
Finalmente, un acuerdo acorde con el concepto amistoso del divorcio que planteo: no se les aplicarían aranceles a la exportación de sus productos durante un tiempo prudencial de, digamos, cinco años o diez años. Resultado final: la eurozona se quita uno de sus mayores quebraderos de cabeza, pues el país y su economía son pequeños, pero el daño que hacen al euro y a sus mercados es infinitamente superior.
Los griegos serían un país con un trato preferente con la Eurozona y ya verían que rápido se instalarían allí multinacionales intensivas en mano de obra, pues sería un país muy competitivo en ese sentido y, encima, con productos fabricados como si estuvieran en Europa (cinco años). Obviamente, los mercados al final lo que verían es una Eurozona capaz de tomar decisiones, que tiene la credibilidad de que solo está dentro el que está a la altura de las circunstancias y un problema menos en cuanto a la divergencia norte - sur que tantos problemas genera en la UE.
Pero, ¿qué va a pasar?
Esta es un opinión, y muy personal, que me permito escribir aquí por ser una tribuna. Pero me temo que no es lo que va a pasar. Y lo que le interesa a la gente es saber qué va a pasar, especialmente a los inversores. Y lo que va a pasar es muy sencillo: que seguiremos pagando -especialmente los alemanes, afortunadamente, que tendremos volatilidad garantizada hasta fin de año-, porque encima en Grecia el proceso previo a un adelantamiento de las elecciones es especialmente farragoso y no acaba antes del próximo 29 de diciembre si mis cálculos no fallan.
Y dentro de unos meses estaremos en las mismas. Si gana el partido más extremista pagaremos más porque se pondrá más farruco cuando vengan los hombres de negro a ver si han hecho los deberes. Si gana uno menos extremista pagaremos menos, pero aquí cada equis meses hay que renegociar la deuda y nada como quejarse de que estar en este club es muy caro.
Víctor Alvargonzález. Director de Inversiones de Tressis, SV y autor de '¿Y yo qué hago con mis ahorros?' @AlvargonzalezV