
Antonis Samaras solo ha logrado 160 apoyos para su candidato presidencial. El primer ministro necesitaría 200 apoyos para lograr sus objetivos en la siguiente votación, que será la próxima semana. Si tampoco se logra el objetivo, en la tercera ronda valdría con 180 apoyos.
El proceso
Para la elección del presidente se requiere una mayoría de dos terceras partes del número total de diputados, es decir, al menos 200 votos (de los 300 diputados). Como esta primera votación ha resultado infructuosa, entonces el proceso se repetirá al cabo de una semana, el 23 de diciembre, con el mismo requisito de los 200 votos.
Si tampoco hay resultado, habrá una tercera votación el 29 de diciembre, en la cual el umbral de la elección se reducirá a tres quintas partes del número total de diputados, es decir, 180 votos.
En el caso de un nuevo fracaso, el Parlamento se disuelve dentro de diez días y ya estaremos de camino hacia elecciones parlamentarias, probablemente a finales del mes de enero. Tras las elecciones, el nuevo Parlamento se reúne de forma inmediata, lleva a cabo una nueva votación donde se requerirá la misma mayoría de 3/5 del total, es decir 180 votos. A falta aún de esta mayoría, la Constitución prevé una quinta y última votación por mayoría absoluta, es decir, 151 votos.
Samaras lanzó su arriesgada estrategia la noche del lunes, adelantando en dos meses una votación parlamentaria para elegir a un nuevo jefe de Estado. Aunque la presidencia es un cargo muy simbólico, la Constitución griega exige la convocatoria de elecciones parlamentarias si los legisladores no aprueban al candidato del Gobierno para el puesto.