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El Plan Juncker y su impacto a medio plazo

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

Las anteriores iniciativas de la Unión Europea para estimular la inversión también generaron grandes titulares, pero faltó el dinero fresco y defraudaron. El ejemplo más reciente fue el Pacto por el Crecimiento y el Empleo de 2012, con una previsión de hasta 180.000 millones de euros mediante el aumento en 10.000 millones del capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Ahora Jean Claude Juncker, nuevo presidente de la Comisión, ha propuesto un plan de inversiones que puede llegar a 315.000 millones de euros en el Parlamento Europeo. Conocido como, plan Juncker, es claramente un paso en la dirección correcta. Este tipo de iniciativas mantiene la esperanza de que la zona Euro salga algún día de su estado de estancamiento económico y deflación.

De hecho, el Plan representa un cambio en el uso de fondos estructurales de la UE. Esta vez los préstamos BEI contarán con protección, de manera que se mantenga la máxima calificación crediticia. Pasa el riesgo al presupuesto de la UE y con ello se facilita la inversión privada en los proyectos. El grupo de trabajo que seleccionará estos proyectos tiene áreas prioritarias: energía, transporte, banda ancha, educación, investigación e innovación. El siguiente paso es la adopción del plan en la próxima Cumbre de Jefes de Estado de la UE el 18 y 19 de diciembre, para entrar en vigor en junio de 2015.

Se trata del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, con una dotación inicial de 21.000 millones. 16.000 millones provendrán de presupuestos de la UE existentes y 5.000 millones del BEI. Los Estados miembros contribuirán de manera voluntaria, al igual que los bancos estatales (como el alemán KF o el francés CDC). Las contribuciones de los Estados no formarán parte de la evaluación del cumplimiento de las reglas presupuestarias europeas (pueden tratarse como aportaciones de transacción financiera, de manera que aumentarán la deuda pública, pero no el déficit estructural). Estos 21.000 millones iniciales permitirán al BEI recaudar hasta 63.000 millones mediante la emisión de deuda en el mercado. Como se estima que cada euro de financiación pueda atraer cinco de inversión privada, se puede movilizar un total de 315.000 millones de euros.

El Plan no se limita a la zona euro, pues es una iniciativa de la Unión Europea, así que los 28 miembros pueden ser beneficiarios de las inversiones. Como la zona euro representa un 70 por ciento del PIB de la UE, podemos asumir que reciba el 70 por ciento de estos fondos, es decir 220.000 millones. Este montante, repartido en tres años, de 2016 a 2018, supone un impacto directo en el PIB del 0,7 por ciento y parece significativo. Además, la inversión genera efectos multiplicadores.

Según el Fondo Monetario Internacional, un 1% de aumento de la inversión puede incrementar la producción un 0,4% el mismo año y un 1,5% en cuatro. Así que, suponiendo que se alcancen los 315.000 millones de inversiones y excluyendo las contribuciones nacionales adicionales, el aumento del PIB puede ser del 1% a corto plazo y del 2% a medio plazo.

Sin embargo, es poco probable que los primeros efectos se noten antes de 2016. Así, en 2015 el impacto directo probablemente sea cercano a cero y el indirecto, proveniente de la mejora de las perspectivas económicas relacionadas con la inversión y lanzamiento de los primeros proyectos, puede aún ser poco significativo. De todas formas es conveniente seguir las iniciativas nacionales destinadas a completar el capital inicial de 21.000 millones, así como el proceso de la selección de los proyectos para las inversiones (de momento, los 28 países han presentado 2.000 proyectos susceptibles de ser financiados, valorados en 1,3 billones de euros).

Jean-Pierre Durante, economista, director de análisis Pictet WM.

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