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Del Crack del 29 a las tarjetas 'black'

  • Todavía hay mucho que aprender 85 años después de la Gran Depresión
Imagen de Getty.

Estos días se cumplen 85 años del Crack del 29, una de las mayores crisis económicas de la historia. Todo comenzó el jueves 24 de octubre de 1929 o también llamado Black Thursday, día en que se produjo el crac de la Bolsa de Nueva York. Más de 16.000.000 de títulos que cotizaban a la baja no encontraban comprador y las órdenes de venta se acumulaban. Nadie quería comprar, todos vender.

Esto provocó la ruina de miles de inversores, algunos perdieron todo, otros incluso tuvieron deudas por mucho tiempo ya que habían comprado esos títulos con créditos que ya no podían pagar. Esto llevó al pánico social y muchas personas decidieron retirar el dinero de sus cuentas bancarias.

Se dice que unos 100.000 trabajadores estadounidenses perdieron su empleo en 3 días. Se paralizó el consumo del país, aumentaron los stocks, se paralizaron las inversiones y muchas empresas tuvieron que cerrar. La Bolsa americana llegó a caer un 80% y quebraron unos 600 bancos. Fue la Gran Depresión.

Seis años de la quiebra de Lehman Brothers

Pero todo esto queda ya muy lejos y actualmente nos encontramos saliendo de la crisis subprime del 2008 que también ha tenido consecuencias muy profundas y ha desencadenado algunos acontecimientos que han cambiado y cambiarán el rumbo de la historia. Uno de ellos es la quiebra de Lehman Brothers, que cumplió hace unas semanas su sexto aniversario. La caída de este banco que contaba con 158 años de vida y 613.000 millones de dólares de deuda, desencadenó una debacle financiera a nivel global de la que la economía mundial aún no se ha recuperado.

El tesoro americano optó por no seguir la famosa expresión too big to fail o demasiado grande para caer y aún hoy no se sabe si fue la mejor elección viendo que el sector aún no se ha recuperado.

Pero lo más importante son las lecciones aprendidas de ambas crisis. Una de ellas es la imposición de la Reserva Federal a que los grandes bancos americanos construyan un testamento en vida viable, es decir, una hoja de ruta de cómo deberían ser desmantelados en caso de situarse al borde de la quiebra. Todo ello con la menor repercusión posible sobre los ciudadanos. Aun hoy no se ha dado por bueno ningún testamento para los grandes bancos americanos.

Otra es el mecanismo único de resolución (MUR) para la unión bancaria propuesto por la Comisión Europea, que tiene como objetivo el que las entidades con grandes dificultades puedan proceder a su resolución de manera eficiente y con un coste mínimo para los contribuyentes y la economía real.

Entre otras lecciones que se deberían aprender de estas grandes crisis cabría destacar la ética y la transparencia en el sector. Y en este punto mucho tendrá que hacer nuestro país tras la mayor crisis financiera de su historia que nos ha costado, en números redondos, 100.000 millones de euros en ayudas públicas, o lo que es lo mismo 2.175 euros aproximadamente por español.

Bankia es el claro ejemplo de la crisis bancaria española. Ha supuesto el mayor rescate de nuestra historia con 23.465 millones para afrontar su recapitalización (19.000 millones de Europa y otros 4.465 millones del Frob). Hoy se habla mucho de los más de 15 millones de euros gastados mediante las tarjetas black por 65 consejeros y una veintena de directivos de Caja Madrid entre 2003 y 2010. Lo peor es que muchos de los gastos se produjeron cuando la entidad estaba en una situación realmente crítica con muchos empleos en juego.

No voy a entrar en el detalle de los gastos, pero sí requiere mención especial que dos de cada tres usuarios de las tarjetas B eran políticos y sindicalistas. Y puede que el escándalo de las tarjetas sea solo la punta del iceberg y que el conocido como caso Bankia, que investiga la fusión y salida a bolsa de la entidad, nos proporcione muchos más titulares. Sin embargo, y haciendo un esfuerzo por ver el lado positivo de la situación, las crisis son oportunidades de cambio y de avance, y debería marcar un antes y un después en la ética empresarial.

De hecho, el caso de las tarjetas se ha salido a la luz gracias a la auditoria que encargó José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia desde mayo de 2012 tras su llegada en busca de la transparencia.

Así que 85 años después del Crack del 29, otros 6 años de la caída de Lehman y 2 del rescate a Bankia, aún quedan muchas lecciones por aprender por parte de los directivos del sector, los reguladores y los políticos.

Pero los ciudadanos también deberíamos aprender algunas lecciones como clientes. No comprar un producto que no se entiende, que el precio de la vivienda puede bajar, valorar los riesgos antes de hacer cualquier inversión, dejarse asesorar por expertos y un sinfín de aspectos que habría que interiorizar para afrontar con mayor margen de maniobra las futuras crisis.

Rodrigo García de la Cruz, profesor del Master en Corporate Finance del IEB.

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