
Las 'teleco' viven en Europa un proceso de transformación para ganar en escala y rentabilidad.
La reciente oferta de adquisición de Jazztel por parte de Orange se enmarca en el proceso de consolidación del sector de las telecomunicaciones a nivel nacional y europeo. Se trata de un proceso clave para la ganancia de escala y rentabilidad de las operadoras en un contexto de ingresos decrecientes en el core tradicional de servicios de voz, y de inversiones muy significativas en el despliegue de redes fijas y móviles de última generación (4G/FTTH) que den soporte al crecimiento del negocio de datos en un contexto convergente. Este proceso dará lugar a un mapa de operadoras a nivel europeo mucho más consolidado y más asimilable al que observamos en los mercados de EEUU y Asia. Probablemente primero a nivel nacional (caso de las adquisiciones de Ono y Jazztel que estamos viendo en España) para sentar las bases de potenciales consolidaciones posteriores a nivel europeo.
En el caso de Ono y Jazztel, la adquisición por parte de Vodafone y Orange cubre varias dimensiones importantes: complementa de forma acelerada el despliegue de red de fibra que ya estaban acometiendo ambas compañías evitando el CAPEX incremental que requeriría una expansión orgánica (y la pérdida de ventana de oportunidad correspondiente dados los plazos de despliegue), acelera la cobertura de clientes a los que hacer llegar sus ofertas convergentes, permite materializar sinergias significativas dada su complementariedad y les permite ganar en escala alcanzando a nivel nacional cifras cercanas en ambos casos a los 17 millones de clientes. Se trata de un paso lógico de consolidación, que posiciona claramente a ambas compañías como operadoras convergentes clave en el mercado.
Se trata del segundo capítulo de un proceso de consolidación a nivel nacional que podría tener su epílogo en potenciales movimientos posteriores que pudieran afectar a Yoigo y las operadoras de cable regional. De las decisiones que tomen este último grupo de operadores (y sus respectivos accionistas de referencia) dependerá en gran medida que el mercado español se concentre aún más en los próximos meses dando como resultado un mapa del mercado de telecomunicaciones en España notablemente diferente al preexistente hace escasamente un año.
En un marco más general, la reducción de la atomización del mercado europeo debe dar lugar a operadoras de escala que habilite las inversiones que permitan posicionarles en la cadena de valor digital evitando ser meros proveedores de ancho de banda de voz y datos. Hacer frente a los gigantes del mundo digital que, en su mayoría procedentes de EEUU, han ido copando trozos incrementales de la cadena de valor.
En este sentido una evolución regulatoria a nivel europeo es un factor clave de cara a facilitar e incentivar este proceso que debería perseguir recuperar un liderazgo tecnológico europeo con un posicionamiento más fuerte de sus compañías en la cadena de valor digital. El proceso de concentración, siendo necesario, no es por si solo suficiente para posicionar de forma diferencial a las compañías de telecomunicaciones europeas en el nuevo entorno propiciado por la disrupción digital. Deben abordar una transformación digital, de la que dependerá en buena parte su posicionamiento y futuro liderazgo. Hay tres dimensiones de evolución necesarias.
En primer lugar, las Telco deberán invertir en conocer mejor a sus clientes y hábitos de consumo, elevando exponencialmente el nivel de procesamiento e inteligencia del Business Intelligence con capacidades de Big Data y Analytics, lo que les permitirá conocer al cliente en todas sus dimensiones y desarrollar una experiencia omni-canal.
En segundo lugar, las Telco deberán -además de transformar su oferta convergente- desempeñar un rol de facilitador de la transformación digital de los diferentes sectores industriales proporcionando y operando soluciones digitales a sectores tan diversos como las administraciones públicas, empresas de distribución, fabricantes de automóviles o distribuidoras eléctricas.
Por último, la adopción de la tecnología digital en las operaciones de las Telco les permitirá ser más competitivas así como virtualizar su red de comunicaciones. Este aspecto es de vital importancia en un sector donde las soluciones se deberán adaptar a las necesidades de los clientes en tiempo real, integrando servicios de terceros.