Firmas

A vueltas con el Estado Islámico

  • ¿Se está tomando en serio la amenaza a los civiles en todo el mundo?

Ahora 140 caracteres son suficientes para expresar todo el dolor que produce un degollamiento. Ahora cualquier líder político puede lanzar una frase con aspecto de eslogan que de la vuelta al mundo, usando su cuenta de twiter. Ciento cuarenta caracteres. Ni mucho ni poco. Son las reglas. La cabeza degollada de un cooperante británico y el anuncio de una nueva decapitación también parecen las reglas del Estado Islámico. Caben en la fotografía del verdugo con su víctima, caben en un vídeo, en internet, en la columna de un periodista, en twiter, en 140 caracteres y en este artículo.

Muchas personas han vuelto a la vida cotidiana después de sus vacaciones o de un simple fin de semana, han vuelto al lugar donde se habla de los problemas de identidad de los jóvenes contemporáneos, de diplomacia, de ópera, de ética, de música y de la política menuda, de la última de Woody Allen -ochenta años ya en diciembre, fíjate- y de ese tipo de cosas que ocupan su lugar en el mundo de verdad, en nuestro mundo de cada día, lejos del infierno. Los degollamientos han servido para hablar sobre la noción de crueldad, sobre qué cosas pasan allí, en otro sitio, donde estas cosas pasan.

Despachos oficiales

En algún lugar de Washington, de Londres, de Ginebra o de Berlín, algunas personas se preguntan en despachos oficiales sobre las claves políticas de la barbarie. No sé si la comunidad internacional está tomando lo suficientemente en serio la amenaza a los civiles en todo el mundo y especialmente los crímenes del Estado Islámico con más de treinta mil seguidores armados dispuestos a que el mundo se gobierne por el miedo.

En algún lugar de la ONU se elaboran informes, se convocan reuniones, se inician debates, se terminan reuniones, se hacen algunas llamadas y se baja después del despacho a la calle a comer algo. Se puede comer en Ginebra o en Nueva York todavía sin que tengas que presenciar cómo degüellan a un camarero o a un cooperante. Todavía es posible. No sé si la situación se mantendrá tan estable mucho tiempo.

Hay un cuarto rehén en la fila de los amenazados por el Estado Islámico, otro británico. Y lo que piden los verdugos para mantenerle la cabeza en su sitio es tan imposible como creer que 140 caracteres de dolor y repudio que dan la vuelta al mundo tienen alguna utilidad. Pero actualmente ya casi todas las cosas dan la vuelta al mundo: los vídeos donde se cortan cabezas, los tuits de los famosos, las últimas fotos de la última novia del último icono mediático o absurdas declaraciones de absurdos personajes.

Sin embargo, la sencilla idea de que entre la diplomacia y la guerra hay un amplio espacio para el acuerdo no parece dar la vuelta al mundo, porque hay una parte del mundo que sólo cree en una concepción medieval del Estado y en que lo que debe dar vueltas es la cabeza del degollado.

Juan Carlos Arce, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social

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