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Viejo rico, joven pobre: consecuencias de no gravar las plusvalías a los mayores de 65 años

Que conste que me parece bien la nueva medida propuesta por Hacienda. Pide que no gravar las plusvalías de activos enajenados por mayores de 65 años si se reinvierten en planes para compensar sus pensiones públicas. Por ejemplo, si un mayor vende un piso y su importe lo reinvierte para obtener una renta vitalicia que complete su jubilación pública no pagará por las plusvalías generadas.

Hasta ahí todo bien, sobre todo con lo escasas que son esas pensiones. No obstante habrá que ver la letra pequeña de la regulación. Porque, ya se sabe: Hacienda te da con la mano derecha lo que te quita con la izquierda ¿Habrá truco?

Una consecuencia es que el posible heredero puede quedarse a dos velas. El "mayor", animado por ese tratamiento fiscal favorable, realiza la venta y transforma en una renta vitalicia su importe (que desaparece cuando muera). Entonces el joven se queda "a verlas venir". Así que tendríamos un viejo rico y un joven pobre. Es verdad que la reinversión puede mantener el valor del capital potsmorten. Lo que pasa es que en ese caso, las rentas son bajísimas, más en esta época de tipos de interés por los suelos. Además, habría que ver si la Hacienda pública permite este tipo de reinversión.

Así que la famosa solidaridad intergeneracional puede irse al garete. Los papás vendiendo sus propiedades para tener "un buen pasar" y los niños "pasando la mano por la pared". Otro efecto es que las trasferencias "intervivos" a los hijos se verán frenadas, aunque hubiera exenciones fiscales para ello.

La lógica económica aconsejará mantener la propiedad en manos de los mayores por si acaso se necesita enajenarlo en el futuro. Lo dicho: los viejos ricos y los jóvenes pobres. Unos jóvenes que la estadística dice que lo tienen crudo. Entonces, puede preguntar el lector: ¿por qué usted está a favor? Sencillo, porque tengo más de 65 años y poseo algún activo realizable. Con la edad dicen que uno se vuelve tacaño y roñoso. ¿Será verdad?

J. R. Pin Arboledas, exdiputado del Congreso, UCD.

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