
Cuando se llega a la recta final hacia la jubilación, uno empieza a echar cuentas, revisa las opciones para llegar a la pensión correspondiente de la Seguridad Social, los requisitos a cumplir... y los más previsores, vuelven la vista hacia esos planes de pensiones iniciados hace muchos años (algunos) o no hace tanto (una gran mayoría), para comprobar el montante actual y las posibilidades de incrementarlo.
Y la decepción acompaña, al ver que las rentabilidades no se acercan a lo esperado. Es lo que hay, pero indudablemente todo podría haber ido mejor con decisiones de inversión más acertadas o si las comisiones que hemos ido pagando, por gestiones más que cuestionables, hubieran sido más reducidas.
Por ello, bienvenidas sean las intenciones del Gobierno, que según aseguró Flavia Rodríguez Ponga, directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, tendrá listo antes del próximo septiembre el Real Decreto que regulará en materia de planes de pensiones, esas inversiones de cara al final de nuestra vida laboral, que cuentan hasta ahora con una importante desgravación fiscal, una desgravación que desde Bruselas insisten en anular.
Lo más importante es que se prevé una fuerte caída de las actuales comisiones, que la misma directora general consideraba excesivas: las tarifas máximas, del 2,5% actual al 1,5%. Y las de depositaría, a la mitad, del 0,5% al 0,25%. La medida afectará unos 650 planes, la mitad del total, lo que no ha sido bien recibido por el sector, donde hay un gran malestar por la medida y muchos se preguntan qué reacciones habrá a esa rebaja anunciada, si menos recursos a los planes de pensiones o repercutir nuevo gastos.
Eso sí, los cuatro millones de partícipes en planes privados, que tendrán recortes de costes de hasta el 30%, están de enhorabuena, ya que si se miran la rentabilidad obtenida, según Inverco, la media anualizada de los planes a 15 años es sólo del 2,13%.