
Sus medidas son ineficaces porque llegan tarde, no están concretadas y son limitadas.
Llegó la reunión del BCE, una nueva reedición de la "madre de todas las reuniones". Durante muchos meses el BCE ha estado buscando signos para actuar, posponiendo la adopción de medidas, se empecinaba en mantenerse en su inmovilismo, decía estar preparado para tomar las medidas que fuesen necesarias, pero estaba cómodo sin moverse y adentrarse donde antes tenía que haberse metido. Hoy tenemos que darle las gracias por haber puesto a Europa al borde del precipicio japonés, algo que el propio banco reconoce al decir que la salida es más lenta de lo esperado, para ellos no para otros que venimos decidiéndolo repetidamente; además con un problema de inflación por baja e inexistente, ahí está su revisión a la baja de las previsiones de inflación las cuales no se aproximan al 2 por ciento. Ayer el BCE reconoció que le había pillado un tren llamado japonización.
En primer lugar bajó tipos de interés, 10 punto básicos de caída para los tipos directores de política monetaria, y dejó las facilidades de depósito a terreno negativo, -0,10 por ciento. ¡Albricias! Por fin, reconoce que es necesario bajar los tipos, el problema es que llega tarde, imposible alabarle. El efecto es ya muy limitado pues llevamos mucho tiempo con tipos muy bajos. Hubiera tenido efecto si se hubieran llevado antes a cabo para propiciar el efecto sorpresa, como decimos en España señor Draghi le ha pillado el toro, esta rebaja está asumida desde febrero. Ahora bien, saca la máquina de imprimir y va a insuflar 400.000 millones que pone a disposición de los bancos para financiar a familias y empresas, siempre que el crédito no esté vinculado a la construcción. Cuando hablamos de deflación ya sabemos que es un problema de masa monetaria, aumentar la misma es generar subida de precios. Pero esta medida es ineficaz y hasta el mismo BCE lo sabe, lo reconoce implícitamente al haber revisado sus previsiones de IPC a la baja, puesto que si supiese que todo ese dinero iba a llegar a la economía no hubiera revisado sus expectativas de precios a la baja, no se hagan trampas en el solitario. La clave está en que el propio BCE es consciente de que esos 400.000 millones no van a llegar porque la distribución del mismo la deja en manos de los bancos, máxime si encima los bancos tienen todavía que seguir restableciendo sus niveles de recursos propios. Durante este periodo en que se ha ahogado a las empresas, las mismas han realizado un saneamiento de sus balances y buscado financiación, por tanto la demanda de crédito que queda ya no es solvente, como va a prestar la banca entonces, más aún cuando tienen pendientes los test de estrés en noviembre. Añade además que la falta de crédito en algunos países es consecuencia de bancos aún no saneados, pero cómo es posible que diga esto quien ahora es el supervisor de la banca, su responsabilidad es sanear inmediatamente a las entidades que no lo estén, para que ostenta por tanto el título de supervisor.
Y después de esto una nueva entrega del inmovilismo del BCE, anuncia que está estudiando la compra directa de titulizaciones, es decir, de pequeños préstamos a pymes y familias. En primer lugar el mercado de titulizaciones en Europa esta fragmentado, es ilíquido y muy pequeño; en segundo lugar no concreta su programa diciendo cuánto es el volumen de compra, en tercer lugar, durante qué periodo de tiempo, en cuanto cómo se van a repartir esas compras según los países de procedencia de los préstamos. Pero señores del BCE si han practicado la "suerte de Don Tancredo," durante esta crisis no han hecho nada por que el mercado de titulizaciones funcione, esté desarrollado y tenga profundidad y negocio, así hoy podrían recurrir a él para realizar esta medida. Su inmovilismo y falta de miras, a la altura que esta crisis exigía, cierra una puerta que tenía que haberse usado antes, esta medida es difícil de realizar, tardará en poderse aplicar y será limitada.
Ayer los mercados cambiarios dictaron la valoración que los mercados hacen de sus medidas, el euro sigue sobrevalorado a niveles de 1,36. El tipo de cambio no es una variable exógena como pregona el BCE, es un aspecto monetario que viene influido por la cantidad de dinero y la velocidad de circulación que como todo manual de política monetaria destaca son variables que dependen de la autoridad monetaria. Francia, la segunda economía en importancia del área euro, hace bien en reclamar un euro más bajo, puesto que penaliza nuestras exportaciones que están en todos los países estancados, incluyendo España.
Además para que el dólar se apreciara sería necesario que EEUU dejara de imprimir dólares, pero allí se sigue aumentando, con lo que tenemos un problema. Sus medidas son ineficaces porque llegan tarde, no están concretadas, no sabemos cual es el alcance de las mismas que se presupone ya muy limitado y en definitiva no están haciendo lo que deberían.