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Industria 4.0 : de la visión a la realidad

  • En el futuro los empleados ejercerán un gran papel creativo y de planificación

La globalización ofrece a las compañías industriales grandes oportunidades: mercados más amplios, mejores condiciones para la compra, un entorno de producción más favorable... Pero, este fenómeno supone enormes retos para la industria. Las empresas necesitan aumentar su productividad y aportar al mercado productos más personalizados, eficientes y de calidad para sobrevivir a la competencia global.

Las compañías con éxito son las que dominan mejor estos procesos. Posiblemente, se deba a una buena combinación de gestión de los recursos, producción flexible y personalizada a gran escala y a la integración de procesos globales, pero todo esto es viable gracias al uso de procesos innovadores, digitalizados, así como de hardware y software industrial basado en estándares abiertos.

En este punto entra en juego el concepto de Industria 4.0, que tiene su base en una red de networking global de la tecnología de producción descentralizada con controles propios incorporados. El potencial es enorme porque todos los productos, medios de transporte o las herramientas que intervienen en el proceso utilizan sensores de identificación que les permiten hablar entre sí, lo que hace posible optimizar cada paso del proceso de creación de valor.

En la industria 4.0 los productos poseen toda la información necesaria para ser producidos. ¿Qué quiere decir esto? Que pueden ser localizados allí donde se encuentren gracias a sistemas ciberfísicos que ofrecen información sobre su proceso de creación, estado actual, rutas alternativas... Y todo en tiempo real.

Si una máquina de producción está dando fallos y retrasando el proceso productivo, esta tecnología permite que las fases de trabajo se intercambien, de manera que el producto pasará a otra máquina que esté libre para acelerar la producción. Además, la máquina notificará de forma automática la existencia del problema y sus causas para que se pueda resolver lo antes posible. Este tipo de producción ofrece ventajas importantes. En primer lugar, una conexión más realista entre la planificación de los recursos de la empresa y sus sistemas de producción, lo que mejora la gestión corporativa de toda la cadena y en segundo lugar, proporciona una transparencia global y una respuesta flexible a los cambios del mercado o a los apagones, permitiendo que se optimice cada paso del proceso de creación de valor.

La Industria 4.0. es una realidad que no dispone de calendario de aplicación definido. Representa nada menos que la cuarta revolución industrial, tras la mecanización de la industria en el siglo XVIII; la producción en masa que trajo consigo la introducción de la cinta transportadora en el XIX; y el uso de la electrónica y las tecnologías de la información para la automatización de los procesos en los sesenta. Esta revolución describe un proceso innovador que continuará durante años y que tiene como impulsores tecnologías como las bases de datos, el cloud computing y el Internet de las cosas.

Muchos elementos de esta visión ya están disponibles, incluyendo la comunicación y trabajo en red de diferentes componentes, la consistencia de los datos para el desarrollo de productos, así como la integración del mundo virtual y real. Ya no sólo podemos diseñar un producto por ordenador, sino también su producción.

Todavía quedan preguntas que aclarar antes de que la Industria 4.0. se implemente de forma global. Deben trazarse infinidad de estándares y normativas, crear nuevos procesos de seguridad, ya que todas las industrias tienen un interés vital en la protección de su 'know how' y sus redes de creación de valor; y el hardware y software tienen aún margen de mejora.

Queda trabajo por hacer respecto a la optimización parcialmente autónoma, a los estándares semánticos y a los conceptos dinámicos de arquitectura que permitan un flujo flexible y cooperativo de las gestiones. Pero la Industria 4.0. necesita de personas capaces de comprender estos sistemas ciber físicos y de orquestar su uso -en un número de variantes en aumento que cambian constantemente al tiempo que evoluciona la tecnología-.

Los críticos de la Industria 4.0. sienten preocupación por la despersonalización del proceso de producción, pero se equivocan porque la importancia de las personas irá en aumento. En las áreas creativas de la producción -como el diseño de la producción y del producto- la inteligencia humana seguirá siendo clave.

A nivel operativo, los empleados continuarán ejerciendo un papel central, pero como planificadores, creativos, controladores y supervisores, más que en la ejecución de actividades manuales. Y por último, pero no menos importante, muchos modelos de negocio, procesos internos y redes centralizadas de creación de valor necesitarán ser implementadas y esto nunca podrá hacerlo una máquina.

En España, en los últimos años, hemos asistido a la caída del peso de la industria en la economía. Nos hemos terciarizado y olvidado de algunos datos clave. Mientras en Europa el PIB industrial representa un 20%, en España ha caído hasta el 15% y eso que este sector proporciona un empleo de calidad, ya que hasta un 85% es de tipo fijo. Esta situación afecta también a Europa que ve como la brecha industrial entre los países miembros es cada vez más profunda.

Para revertir esta situación se hace necesario tomar medidas que confluyan en un resurgimiento de la industria en nuestro país. Reducir los trabajos administrativos, favorecer el acceso a la financiación, fomentar la colaboración entre las empresas, las universidades y los centros de formación dual, poner foco en esta última y avanzar hacia una normativa energética estable. Este punto resulta fundamental para el avance de la industria en nuestro país, ya que la incertidumbre existente en torno a la legislación energética para la industria lastra nuestra competitividad, sobre todo, en algunos sectores en los que los costes energéticos son claves.

Ahora, es nuestro momento. Tenemos la tecnología, el talento y la necesidad de avanzar hacia una economía más competitiva y la Industria 4.0 es el camino más directo.

Pascual Dedios-Pleite, Consejero delegado sel Sector Industria de Siemens para España y Portugal.

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