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Una reforma energética arbitraria e insegura

  • La reforma energética es compleja, poco creíble e impide hacer previsiones
  • La cogeneración ni es un problema ni es la causante del déficit energético
Imagen de Thinkstock.

La reforma energética del Ministerio de Industria tiene por objetivo eliminar el problema del déficit de tarifa, que erróneamente se ha tratado de atribuir indiscriminadamente a las energías del régimen especial. Sin embargo, fue la Ley 54/1997 la que lo admitió por un valor que ya se calculaba en 8.000 millones de euros en 2002, motivado por la necesidad de reducir el precio medio de la electricidad en España para su entrada en la Comunidad Europea. Entre 1997 y 2002 la tarifa media de referencia se redujo artificialmente en unos 15 euros/MWh. Un incremento de este valor solucionaría hoy el problema del déficit anual.

No puede acusarse a la cogeneración de haber producido el déficit de tarifa, ya que fue producido artificialmente al reducir el precio medio de referencia de la tarifa eléctrica (TMR). Esto obligó a incrementar la retribución a la cogeneración para mantener la rentabilidad razonable, y por este motivo, y por el gran desarrollo de las energías renovables, el déficit fue incrementado en forma exagerada. En parte debido a que la cogeneración debía vender su producción eléctrica a un precio superior al de compra.

Se instauró el todo-todo y con él la cogeneración fue parte del problema, al incrementar sustancialmente un apoyo que nunca antes había requerido y al hacer visible toda su producción, que antes estaba oculta en el autoconsumo. Ahora, se la pretende castigar mucho más que a los verdaderos responsables del déficit y de la sobrecapacidad del sistema eléctrico español.

La cogeneración es una tecnología competitiva que permite garantizar un precio razonable de la electricidad en el sistema, ya que es la única tecnología competitiva en bornes de usuario. No es culpable del déficit de tarifa ni, por supuesto, de la sobrecapacidad del sistema eléctrico español, ya que no alcanzó el 68% de los objetivos de potencia instalada que se le habían atribuido.

Por todo ello, la publicación de las propuestas para la retribución de las plantas de cogeneración ha causado en nuestra asociación una indudable sorpresa por la complejidad, arbitrariedad, inseguridad e incredulidad ante las intenciones de nuestro Ministerio de Industria.

Sorpresa por la complejidad que aportan las metodologías que se describen, pues se trata de un sistema regulatorio que ocupa más de mil páginas, cuando la legislación alemana realiza el mismo trabajo con solo 14.

Sorpresa por la arbitrariedad. Recientemente (RD Ley 2/2013) se suprimió la opción mercado, hasta ahora vigente a elección del cogenerador, y se obligó a la opción tarifa. Solo un año después se revoca esta opción y se reimplanta únicamente la opción mercado, pero ajustándola a prácticamente cada planta y su historia operacional. Sorpresa por la inseguridad aportada, al plantear un sistema retributivo que es incapaz de permitir hacer previsiones de futuro que aseguren la obtención de los ahorros necesarios y obligatorios de la cogeneración, al basarse en un mercado de producción que debe modificarse y que está previsto que incorpore en el mismo los precios de energías renovables que, sin duda, modificarán sustancialmente el precio diario. Sorpresa por la incredulidad mostrada por un Ministerio que siempre había comprendido las razones del Régimen Especial en pleno acuerdo con las directivas europeas, que ahora, con el nuevo sistema retributivo, lo está condenando a desaparecer, a pesar de haber asegurado a esta asociación su intención de mantener la potencia instalada en cogeneración.

Para ello es necesario establecer un régimen económico creíble que asegure los resultados económicos de las plantas que cumplan los requisitos mínimos de eficiencia previamente establecidos, con garantías de futuro suficientes. También hay que fomentar las modificaciones sustanciales para asegurar que las plantas se adaptan a las necesidades cambiantes de los centros consumidores. Otro objetivo es impulsar el desarrollo del concepto de energía distribuida, con nuevas plantas de cogeneración que permitan adaptarnos de forma flexible a la operación más eficiente y menos contaminante al sistema, fomentando el autoconsumo.

Por ser Cogen España la Asociación para la Promoción de la Cogeneración que representa a nuestro país ante la Asociación Europea, lamenta tener que hacer alegaciones a las propuestas ministeriales, por ir en sentido contrario a nuestro objetivo social y a las directivas europeas.

José María Roqueta, presidente de COGEN España.

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