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¿Cómo debería ser el modelo energético que necesitamos?

  • Hasta 2009 se vivió el 'nirvana' de las tarifas bajas por la manipulación del Estado
  • Fijar los precios finales por Decreto Ley, como ahora, es ponerse una venda

De 1988 a 1997 en que se liberalizó el mercado eléctrico, existió el llamado Marco Legal Estable. Con él, el Estado reconocía unos costes de generación eléctrica asociados a las inversiones, la operación y mantenimiento y el gasto de combustible y las empresas eran remuneradas en base a estos costes más un margen adicional, si bien el Estado se reservaba la decisión sobre las tecnologías que se debían potenciar.

El transporte de alta tensión se nacionalizó con la creación de Red Eléctrica (REE), la distribución seguía perteneciendo a las diferentes empresas, a las que también se les reconocía los costes de mantenimiento de sus redes de distribución, y los consumidores pagaban un precio que tenía que ver con todos los costes y con la demanda estimada para cada año. Era lo que se llamaba tarifa integral.

Para las fuentes de energía se consideraba un régimen ordinario (centrales nucleares, centrales de fuel y de carbón y grandes centrales hidráulicas) y un régimen especial formado por centrales pequeñas de energías renovables o de cogeneración. Este modelo -tutelado por el Estado- buscaba, en principio, incentivar la independencia energética y mejorar la competitividad de la industria.

La Unión Europea impulsó a finales de los años noventa abrir los mercados energéticos y caminar hacia la integración europea del sector, lo que motivó la Ley 54/1997 que eliminaba el concepto de servicio público para la generación eléctrica.

Cada empresa era libre de invertir en aquellas tecnologías que consideraba más adecuada de acuerdo a sus expectativas de mercado. Eso sí, se abrió un marco de subvenciones para el desarrollo de las energías renovables que, años después, motivó la construcción de centrales eólicas y fotovoltáicas por doquier. Unas energías de costes prohibitivos, pero muy interesantes para los inversores debido al absurdo régimen de subvenciones. Las actividades de transporte continuaban reguladas con REE como operador del sistema y se abría la comercialización de la energía eléctrica a la competencia con la creación de empresas comercializadoras.

Se crearon dos mercados imperfectos

A la vez se creaban dos mercados: el de los grandes consumidores que negociaban los precios directamente con las empresas, y un mercado minorista entre los pequeños consumidores y las comercializadoras en un régimen de libre competencia. Mercados imperfectos, pues se seguían cubriendo los costes del sistema por detrás, ya que la factura eléctrica tenía dos componentes: un precio regulado para cubrir los costes de transporte, distribución y otras cargas del Estado, y un precio de mercado en régimen de competencia. Además, aparecían la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMEL), organismos reguladores del sistema.

El sistema consideraba además unos costes adicionales: los CTC (Costes de Transición a la Competencia), que garantizaban a las empresas generadoras la recuperación de las inversiones hechas hasta esa fecha, pues la nueva situación no aseguraba la venta de toda la energía producida como ocurría con el Marco Legal Estable. Una cantidad cercana a los 60.000 millones de euros, que se pensaba tener liquidada en 2010. Al constatar, en 2005, que las empresas habían recibido más de lo estipulado, los CTC quedaron eliminados por ley en 2006 (se habla de cifras entorno a los 12.000 millones de euros de sobrepago).

El nirvana de las tarifas bajas

Hasta 2009 se vivió en el nirvana de las bajas tarifas eléctricas, pues el precio final del kilowatio seguía manipulado por el Estado. Una circunstancia que ocultaba el hecho de que en un mercado libre el precio de venta será siempre el que convenga a los agentes del mercado de acuerdo con la demanda. Con lo que para contener los precios finales, no se buscó otro mecanismo que llevar las diferencias al déficit del Estado -el famoso déficit de tarifa-, hoy alrededor de los 30.000 millones de euros.

Sin embargo, el problema esencial de este agujero inmenso se debe al mix energético; es decir, a las diversas fuentes de energía que constituyen el sistema de generación eléctrica en España. Un mix irracional, con exceso de capacidad, impulsado políticamente, que ha favorecido sin reflexión alguna carísimas energías renovables y ha cerrado las puertas a otras energías más competitivas, como puede ser la energía nuclear. Una situación donde la incapacidad en la gestión de la política energética ha llevado a dos alternativas: permitir al mercado operar libremente y, por tanto, llevar los precios finales al consumidor de acuerdo este comportamiento, o volver a los tiempos de nacionalizar el precio llevando las diferencias al déficit del Estado.

Malas soluciones ambas, ya que la primera conduce a una situación imposible para los consumidores, y la segunda lleva a aumentar el déficit sin control. Y es que el problema de fondo no es sólo económico como los gestores políticos actuales parecen creer, sino que se centra en el diseño de un modelo energético a largo plazo, que sea eficiente en lo económico y, sobre todo, en lo energético. Lo que no puede ser diseñado desde un despacho del ministerio de turno al margen de las empresas y de los consumidores. Lo que llama a establecer un pacto energético a largo plazo con todos los agentes implicados.

Fijar los precios finales por Decreto Ley, como se acaba de hacer, no es sino ponerse una venda en los ojos. El problema volverá de nuevo con mayor crudeza y estallará en las manos del Gobierno. Un Gobierno que en cortísimo tiempo ya ha tenido dos Secretarios de Estado de Energía y no parece que con muy buenos resultados.

Eduardo Olier, presidente del Instituto Choiseul España.

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Comentarios 6

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lobby
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por que cuando se habla de las renovables sólo se tiene en cuenta las subvenciones que historicamente han recibido? (ajustadas al riesgo tecnológico y a los costes tecnológicos del momento). Por que no se habla de los beneficios que han supuesto para el pais? que como numerosos estudios han mostrado superan el coste de las subvenciones? esto sin tener en cuenta el efecto que tienen abaratando el precio mayorista, del que ya se empieza a hablar.

Muchos intereses de los lobby, mucha vision a corto y mucha marioneta desinformada

Somos unos paletos

Puntuación 12
#1
Lone Ranger
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Instituto Choiseul?. que patético artículo. Se le ve el plumero, pro nuclear no?. O sea el "absurdo" sistema de "subvenciones" (sic) a "alguans renovables frente a la más "competitiva" nuclear. Utsed no tiene ni idea de lo que dice o le han escrito el artículo los de siempre. Gran ejemplo de intoxicación , otro más. Le invito a que se compre un duplex en Fukusihima.Le aseguro que en España nunca se volverá aconstruir una central nuclear

Puntuación 0
#2
fer
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pues ojalá le hagan caso porque ya nos están racionalizando hasta la climatización en complejos turísticos http://www.arelia.es/boletin/murcia_consume_de_forma_responsable.html

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#3
Sergio Martí­nez
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A mi corto entender, aparte de la idoneidad de la regulación que fomente la existencia de un mercado eficiente en las actuales circunstancias, el presente sistema cuenta con un grave problema estructural causado por el desajuste dinámico entre la producción y la demanda sin posibilidad de almacenaje, que al final se traduce sólo vía crecimiento del precio final de una producción gratuita. (El sistema se hace más impreciso)

Supongo que tengo en cuenta que en la producción hay fuentes que son totalmente aleatorias (solar y eólica), otras coyunturales (hidráulica) y las nucleares diseñadas para funcionar a "˜full speed the whole time"™. De este modo, la incorporación futura de cualquier capacidad de generación, más allá de su coste, rendimiento, o impacto medioambiental no hace sino aumentar la amplitud de dicho desajuste (el sistema se hace más inestable).

De modo que existe una reducción al absurdo del sistema, plasmada en el ejemplo de que la potencial incorporación de capacidades fotovoltaicas (siquiera en las cubiertas de las plantas industriales) no haría sino encarecer (desestabilizar) el precio (el sistema) al tiempo que terminaría por liquidar la cogeneración ("˜única"™ capacidad regulable)"¦

Es por ello mi reiteración en la necesaria inversión en una interconexión hídrica peninsular, y en el uso oportunista de los excedentes eléctricos renovables en el bombeo masivo aguas arriba para liberarlos nuevamente según demanda. Sólo desde el punto de vista energético (sin entrar en términos macro, de empleo, suministro acuífero en un contexto agresivo meteorológicamente, recuperación de cuencas hidrográficas, etc.) se proveería al sistema de una verdadera capacidad de almacenaje de energía que incrementaría la precisión del precio (sólo hay que amortizar las infraestructuras y su mantenimiento "“y lo caro ya está hecho y pagado-), y la estabilidad del sistema al resultar más robusto a las oscilaciones de las producciones aleatorias o coyunturales"¦

En España hay 10MM de manos libres y el gobierno tiene 26000MM para invertir ¿no?

:-)

Puntuación 3
#4
jose
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El problema es que la energía es un bien de demanda rígido que siempre funcionará en régimen de oligopolio y que demanda una gran inversión previa. En cualquier negocio, si baja la demanda la oferta se adecua a la misma y baja se precio. Pero lo que se hace con la energía es que cada vez que baja la demanda se sube el precio para que la empresa no pierda ingresos. Es un ciclo infernal, donde se gasta cada vez menos para ahorrar, al mismo tiempo que se sube el precio para que la empresa no pierda dinero por ese ahorro de los consumidores. Un callejón sin salida, vamos.

ps: me encanta que cuando estás acabando un comentario largo la página se reflesque automáticamente y te lo borre antes de poder mandarlo. La mejor idea del mundo, sin duda, para tener contenta a la gente.

Puntuación 2
#5
Pepe
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"El relato llegó en seguida a la descripción de la escena en la cual se pretende crear un monopolio de la distribución de pastelitos y rosquillas en Londres. Quedé absolutamente sorprendido por la exactitud del argumento en relación con los principios fundamentales de la economía, las opiniones de los participantes y la ulterior intervención de los legisladores.

El pasaje era una descripción exacta de los criterios

sostenidos por quienes buscan el amparo del Estado para

evitar la competencia y lucrar en perjuicio de los

consumidores, y también una muestra clara de que sólo

el poder policial del Estado puede imponer un monopolio."

El mercado libre no fija los precios en función de los costos, sino en función de la oferta y la demanda. Son los costes losque se deben adaptar a los precios determinados por dicha oferta y demanda.

El actual sistema sléctrico español, es un verdadero carajal en el que las electricas ganan siempre. Unas veces mucho y otras menos, pero siempre ganan.¿Que pasaría si los propios consumidores produjesen la electricidad que consumen?. ¿Que ocurriría si se descentralizase la distribución como otro bien cualquiera?

Espero con impaciencia el día que uno pueda disponer de un sistema que permita cargar las baterías del coche eléctrico mientras esta aparcado a pleno sol. ¡Ese día se van a caer muchos mitos!.

Puntuación 1
#6