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La zona gris del empleo y la movilidad de los perfiles

  • ¿Se convertirá el término 'empleo estable' en un concepto sin vigencia?
Imagen de Thinkstock.

Los conceptos han cambiado. La imagen tradicional de un trabajador que realiza una tarea concreta en un mismo centro de trabajo durante una franja horaria establecida, con salario fijo y contrato indefinido, ha perdido vigencia y está diluyéndose para dar paso a otras formas de empleo. La configuración tradicional del trabajo ha entrado en crisis, haciendo su aparición un abanico de contratos atípicos (hoy ya no tan atípicos) que conforman una nueva realidad.

Hay un núcleo de asalariados que tienen relación laboral estable en forma de contrato de trabajo de duración indefinida. Y en la periferia de este núcleo, hay dos grupos distintos: el primero, formado por trabajadores con un contrato de duración determinada o en periodos de pruebas y el segundo, compuesto de colaboradores ajenos a la empresa que la mayoría de las veces son proveedores de servicios, subcontratistas o trabajadores por cuenta propia.

Es decir, que el trabajo por cuenta propia, los contratos de duración determinada, el trabajo temporal, se extienden a expensas del trabajo asalariado fijo. Por otro lado, existe también una profusa integración de trabajadores autónomos o independientes en estructuras en las que resultan ser dependientes económicamente. Pero, al mismo tiempo, aumentan los llamados asalariados independientes, es decir, personas con vínculo de subordinación, aunque ligadas a la empresa por un contrato mercantil.

La movilidad de los perfiles laborales

Por su parte, aumentan los directivos con alto grado de variabilidad retributiva o profesionales liberales que se integran en la órbita de dependencia formal de estructuras empresariales, etc. Es decir, la movilidad de los perfiles, antes nítidos, genera una zona gris cada vez más amplia, que ya no es propiamente una frontera, sino un amplísimo espacio borroso.

Otra manifestación del cambio general puede verse en sentido contrario: lo que antes era propio del trabajo no asalariado se ha hecho ahora propio del trabajo por cuenta ajena, como el derecho a la formación, el derecho a disfrutar años sabáticos, licencias retribuidas para estudio, etc. Y, adicionalmente, es frecuente encontrar formas de trabajo tradicionalmente oneroso que ahora es realizado de forma gratuita, como el voluntariado, la actividad de los becarios, las colaboraciones y, por otra parte, formas antes gratuitas que son ahora onerosas, como la actividad sindical profesionalizada.

Cabe preguntarse si esta zona gris, flexible y móvil, empieza a amparar una hipótesis de futuro muy inquietante y que aquí se deja planteada: lo que importa es saber si, en ese inquietante futuro, importará más la actividad que el empleo; si las condiciones del empleo o el empleo estable serán nociones sin vigencia. En definitiva, si no estaremos hoy dibujando ya una sociedad cruel capaz de hacer que el objetivo de la plena actividad sustituya al objetivo del pleno empleo.

Juan Carlos Arce, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social.

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