
España en los próximos días va a visualizar brotes verdes en su economía. El jueves 25 se publicará la EPA más sorprendente y positiva desde que se inició la crisis económica hace ahora seis años. En el último trimestre se ha creado tanto empleo como el que se destruyó en el primero y el número de desempleados baja de la barrera psicológica de los seis millones de parados.
Un chute de optimismo que se verá reforzado con el adelanto del Banco de España de la evolución del PIB en el que se comprobará que la hemorragia se ha cortado y que empezamos a salir de la recesión. Una pila de buenos datos macro que indican que algo está cambiando. Como en la galardonada película del maestro John Ford, podríamos exclamar Green Was My Valley (1941) sin embargo según los economistas de Fedea, Michele Boldrin y Juan Rubio, "España no está saliendo de la crisis", e incluso estamos peor que hace un año.
El argumento es que la economía española es como una persona que ha tenido un accidente y sufre una grave hemorragia. Durante un tiempo ha perdido mucha sangre. Ahora parece que se ha logrado cortar la hemorragia y el paciente empieza a estabilizarse. Técnicamente, está peor, ya que la sangre que ha perdido le hacen estar muy débil y aún puede recaer. Es cierto, pero la buena noticia es que el paciente no va a morirse y ese es un elemento vital para que mejore. Sinceramente, espero que mis amigos de Fedea estén equivocados y que más allá de argumentos técnicos renazca la confianza necesaria entre los ciudadanos para salir del atolladero.
La historia nos ha demostrado que suele minimizarse tanto la gravedad de las crisis como el vigor de las recuperaciones. A veces se olvida que en España ya se ha producido un cambio de paradigma y que la fuerte devaluación interna ha hecho que el motor del crecimiento no pivote ya en la demanda interna sino en el sector exterior que es el que está haciendo de motor de arranque de la recuperación.
Mariano Guindal, periodista económico.