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Latinoamérica, un mercado natural

La vocación exterior de las empresas españolas no es algo nuevo y no siempre ha estado asociada a una situación de crisis en el mercado interior. Lo que no había, eran las grandes empresas multinacionales españolas con una fuerte presencia internacional que hoy encontramos en sectores como las teleco, la banca y la obra civil. Sí es cierto que la crisis ha puesto el foco de muchas empresas en mercados que siguen creciendo. Una realidad que, en el caso de Latinoamérica, a veces se malinterpreta al pensar que se trata de un mercado oportunista y "salvavidas" y no es así.

España -las empresas españolas- es el segundo país por volumen de inversión en Latinoamérica, sólo por detrás de Estados Unidos. Llevamos años colaborando decisivamente en el crecimiento económico y desarrollo social de aquellos países. Invertimos porque hay oportunidades de negocio. Un negocio que tiene un efecto multiplicador asociado que favorece el crecimiento de sus economías, del mismo modo que la inversión extranjera en España -la industria de automoción es un buen ejemplo- activa nuestro desarrollo y capacidad tecnológica. Estas empresas están creando un mercado cada vez más interesante para otras empresas y de ahí el flujo creciente hacia Latinoamérica de empresas españolas de todo tipo y tamaño.

Otra percepción errónea, es la que transmite la idea de que cualquiera puede triunfar allí. Nada más lejos de la realidad: son mercados en crecimiento pero altamente exigentes y competitivos, de manera que el éxito sólo será de los mejores.

La tercera idea equivocada es pensar que las empresas españolas sólo tienen oportunidades en Latinoamérica, que no están preparadas para competir con éxito en otros mercados. Basta leer las secciones de economía de los medios para ver la creciente capilaridad global de nuestras empresas. El idioma es una barrera o una puerta de entrada, y resulta lógico que nos sea más fácil ir a países donde la lengua nos abre la puerta.

Desde hace años, en el mercado latinoamericano se juegan dos grandes ligas: la de las grandes multinacionales y la de las empresas de mediano y pequeño tamaño, que llevan años abriéndose un hueco cada día más importante. Sin embargo, la percepción de novedad se justifica en el hecho de que ha comenzado a crecer de manera relevante hace pocos años.

Los grandes ejes de actividad de las multinacionales españolas en Latinoamérica son la banca, las teleco, la obra pública y las tecnologías de la información. Los que definen el crecimiento actual y desarrollo futuro de estos países con un ritmo de modernización imparable. La liga de las pymes colabora con la primera, completando la oferta de productos y servicios en ámbitos que van desde los bienes de equipo a los productos de consumo.

Unas ligas en las que competimos con alguna ventaja. Basta con moverse comercialmente en estos países para comprobar que prefieren trabajar con compañías españolas. Nos conocemos mejor, nos entendemos mejor y empatizamos más fácilmente. Nos tratan mejor y de lo que se trata es de revalidar, con calidad y compromiso, la confianza que han depositado en nosotros.

Nuestra experiencia reciente es otra ventaja. España ha vivido, con éxito, la gran transformación a la que se enfrentan estos países hoy. Nuestras grandes ingenierías y constructoras, nuestras operadoras, las grandes empresas de servicios TIC, la banca... lucen en sus ofertas este pasado exitoso.

Atrás quedó el modelo exportador basado en llevar a otros países en desarrollo lo que aquí ya no servía. Estos mercados emergentes demandan lo último y lo mejor. Muchas veces no se trata de modernizar unas infraestructuras sino de crearlas desde cero, lo que ofrece enormes oportunidades para innovar. Muchas experiencias de éxito desarrolladas allí se implementan en España y hacen a nuestras empresas más competitivas en el mercado global.

La facilidad para extender la presencia al conjunto de la región, es otro factor clave. Las necesidades y problemáticas de cada mercado son muy similares y las soluciones se pueden replicar fácil y rápidamente de un país a otro.

Un último dato: las empresas europeas -también norteamericanas, asiáticas, etc.- nos han empezado a ver como la puerta de entrada natural a esos mercados, y cada día son más las multinacionales que delegan en sus filiales españolas la operación en Latinoamérica.

Nuestro compromiso ahora debe ser el de colaborar con las empresas latinoamericanas ayudándoles a abrir mercado en Europa, a crecer a este lado del Atlántico, ofreciéndoles una contrapartida a lo que nos están dando.

Juan Carlos Rodríguez Manzaneque, Director General del Sector Administración Pública e Industria.

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