Firmas

La pertinaz necesidad del efectivo

Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. El refrán viene al hilo de la reciente crisis financiera en Chipre, que está suponiendo una serie de molestias e inconvenientes a los ciudadanos en forma de restricciones sobre la retirada de efectivo en los cajeros automáticos de la isla que comenzó con 100 euros y, actualmente, está fijada por las autoridades en un límite de 300 euros por persona y día.

Las premoniciones de los expertos financieros que apuntaban, a lo largo de la última etapa de bonanza económica, a la inexorable desaparición del dinero en metálico frente al pujante plástico no se han hecho realidad. De hecho, la tendencia es más bien la contraria. En parte por la crisis económica que azota a los países desarrollados pero también porque, finalmente, el dinero en efectivo es el medio de pago más rápido y barato y el único que constituye un elemento imprescindible para el desarrollo de una economía eficiente, libre y abierta.

No en vano, el 80 por ciento de las transacciones comerciales que se realizan en Europa utilizan el efectivo como medio de pago, según revela un estudio del banco central de Alemania, y éste seguirá siendo el medio de pago más utilizado en esta región. Mientras, el número de billetes en euros en circulación ha aumentado un 14,5 por ciento durante la última década, y se prevé que el número de cajeros en el mundo crezca hasta los 3,5 millones de unidades en 2017, gracias a las evolución de los países emergentes.

Sobre el futuro del efectivo, los expertos se muestran optimistas, ya que según los datos del análisis de Retail Banking Research (RBR) también el número de billetes en libras circulantes ha experimentado un incremento del 6,8 por ciento, mientras que el dólar ha registrado un crecimiento del 5,4 por ciento durante ese mismo periodo. Y esta tendencia positiva se mantendrá en el futuro gracias a la evolución de la economía en países emergentes como Brasil, China o India.

Por su parte, los cajeros automáticos suponen un servicio esencial prestado por las entidades financieras a sus clientes. En este campo, la tendencia apunta hacia la instalación de máquinas automatizadas con las que operar no sólo en la retirada de efectivo. La evolución de esta pauta, que ya ha supuesto un incremento en la eficiencia de las instituciones financieras vía liberación de los empleados de un trabajo rutinario y un ahorro de costes, apunta hacia la externalización de la gestión de los cajeros por parte de empresas privadas de seguridad que los reponen y monitorizan a diario mediante un sistema de interconexión centralizado que permite la supervisión permanente de los mismos, la planificación de las necesidades de reposición y el control de averías.

Mientras que las tarjetas de crédito y débito tienen un coste por transacción de alrededor del 1 por ciento y aproximadamente el 0,4 por ciento, respectivamente, el coste de las transacciones de dinero en efectivo, debido a los gastos de gestión, logística y seguridad, suponen un porcentaje inferior al 0,2 por ciento. Asimismo, los expertos consideran que la banca cuenta aún con un importante margen de mejora de cara a obtener un mayor ahorro de costes por medio de la optimización de los recursos en la cadena de gestión del dinero en metálico.

La consultora Juniper Research estima que el desarrollo del comercio electrónico supondrá que el mercado de los pagos móviles alcance este mismo año los 600.000 millones de dólares en todo el mundo, el doble de la cifra actual. En esta línea algunos de los principales expertos en tecnología apuntan que el futuro de las transacciones económicas pasa por la desaparición del dinero en efectivo, lo que, según ellos, traería algunas ventajas, como reducir la evasión fiscal y la delincuencia, hacer las transacciones más seguras y crear sistemas de pago más cómodos y efectivos.

Sin embargo, estos argumentos son puestos en duda por algunos economistas que intuyen que lo que se persigue en realidad es controlar de manera más eficaz a los consumidores. Más allá de los vaticinios, lo cierto es que el efectivo sigue siendo el medio de pago preferido para compras por valor inferior a 100 euros. Además, aún es necesario superar una cierta barrera tecnológica ya que, según un estudio de Creed España de 2010, aún más de 6 millones de ciudadanos españoles no usan todavía ningún tipo de método de pago electrónico.

Aunque actualmente las empresas ya se encargan de la gestión integral del efectivo y del servicio técnico de mantenimiento, vía la externalización de los procesos, la automatización del efectivo en bancos y comercios abre la puerta a toda una gama de nuevos productos y servicios. El futuro y el presente, sin duda, estarán llenos de oportunidades para las empresas privadas de seguridad en el campo de la gestión del efectivo. Unos retos que, como ya ocurrió en el caso de Prosegur en enero de 2002 con la sustitución en toda España de la peseta por el euro, supieron afrontar con éxito.

Rubén Villalón. Responsable de Soluciones de Gestión del Efectivo en Prosegur España.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky