
La aparente tranquilidad de los mercados financieros se ha roto, Italia ha desencadenado el vendaval. Ni el propio Tesoro español se fiaba de la calma. Hemos visto cómo en las subastas ha ido cogiendo todo el dinero que le ofrecían los inversores, previsión y sensatez detrás de esa situación. El peor escenario posible, la no gobernabilidad del país transalpino, se materializa. Las elecciones dejan las posibilidades de formar un gobierno gravemente dañadas, sobrevuela en la cabeza de todos la posibilidad de tener que convocar nuevas elecciones.
El impacto en los ánimos de los inversores y los mercados financieros, los cuales ponen en precio de forma instantánea las noticias que van llegando, ha sido inmediata. Nada más abrir: caída del Ibex-35 alrededor del 4% y una prima de riesgo en deuda que se alzaba por encima de los 400 puntos básicos, movimientos posteriormente atemperados.
Desde 2011 comenzó a desinflarse la burbuja de Deuda Pública. Fuertes dificultades a la financiación y elevación de primas de riesgo unió a España e Italia. Evidentemente ambas economías presentan un cuadro muy difícil, donde la salud financiera del estado son uno de los mayores puntos en común y fuente de problemas, amén de la grave caída del consumo doméstico. Cierto que Italia presenta unos ratios económicos que ya me gustaría para nosotros. La necesidad de reformas o mejor las exigencias que de Europa nos pueden llegar a ambas economías, sea quizá el nexo común a destacar. Es evidente que políticamente también hay puntos de diferencia, el más trascendente es que nuestro gobierno, hoy por hoy, presenta una estabilidad considerable y hasta nuevas elecciones dentro de casi tres años, salvo adelanto, el margen y la comodidad en las cámaras legislativas es muy amplio.
En España la gobernabilidad está, hasta el momento y a pesar de las presiones de las movilizaciones ciudadanas y los casos de corrupción, garantizada. Europa y los inversores son conscientes de ello. No es este un tema a despreciar, desde mi punto de vista, el tema de la gobernabilidad es esencial pues, ahora mismo, está impactando en los mercados y en el precio de los activos negociados.
Italia perjudica a España
Italia es para España una mala noticia y llega en un momento delicado dado el trasfondo que la guerra de divisas puede tener en nuestras cuentas exteriores, hasta ahora el punto fuerte al que aferrarse. Las situaciones económicas son muy complejas, sin embargo la actuación de los gestores de inversiones es muchas veces sencilla y predecible, estamos ante el efecto contagio. España e Italia tienen un problema de Deuda Pública considerable, en el pasado hemos visto como los diferencia de ambos países se correlacionaba.
En la era Berlusconi el diferencial estaba por encima del español, algo al que el tecnócrata Monti dio la vuelta y la situó por debajo del español. Posiblemente se revierta la situación pero dañará a España, el mercado nos exigirá un mayor diferencial sobre Alemania que el que hasta el momento hemos tenido, es posible que rebajarlo del nivel de 375 puntos básicos sea muy complicado, hoy ya hemos vivido el primer episodio. Cierto que el incremento de Italia en porcentaje es mayor que el español, pero ya vemos lo que el efecto contagio trae consigo. Una vez más aprovecho e insisto en que la diferencia de financiación de España frente a Alemania nos ahoga, rebajarlo levemente no es una opción en un marco de fuerte constricción económica, un diferencial elevado complica enormemente el ya de por sí difícil panorama económico.
En cuanto a los activos de renta variable el panorama no es más halagüeño, como se ha demostrado inmediatamente. No es que a las bolsas no les guste la incertidumbre es que ahora mismo, además, están correlacionadas negativamente con las primas de riesgo, su subida arrastra a caídas en el precio de los activos. Parece que a perro flaco todo se le vuelven pulgas, a la ya falta de fuerzas para acometer movimientos alcistas se le une el posible desgobierno en Italia. Como no, los bancos los grandes damnificados. Mayor volatilidad, fuerte erraticidad de las cotizaciones y quizá una tendencia a la baja pueden ser los nuevos inputs de las cotizaciones.
En el terreno económico el análisis pasa por Europa. Los mercados financieros ya han dado su opinión, la nueva situación complica el panorama. Italia, Monti y su gobierno, han sido una gran aliado de España, han estado en contra de recortes, a favor de una mayor flexibilidad, han hecho "pinza" con España, buscando el poder perdido de Francia, en frente la insensibilidad alemana a una situación que es extraordinaria. Vemos como los recortes no nos llevan más que a mayor contracción, la salida se atrasa constantemente y las restricciones son cada vez más insoportables por una ciudadanía hastiada. Los políticos, los tecnócratas europeos y Alemania deberían comenzar a tomar nota de un llamamiento claro de los ciudadanos: ¡están hartos! La posibilidad de que sea imposible formar gobierno mete a Europa en una inoperancia tremenda, precisamente en un momento de nuevos frentes de flaqueza económica. No es gratuito decir que empezaremos a oír nuevamente la palabra rescate y que los ojos de muchos se centrarán en un italiano, curiosamente: Mario Draghi. Nuevamente el BCE, un organismo tremendamente técnico, y donde no se elige por plebiscito popular, atrae la atención que los políticos pierden día a día. ¿Nueva bajada de tipos?