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El final de 110 años de historia... ¿y algo más?

El pasado lunes 17 de diciembre el Banco Santander sorprendía a los mercados financieros con la noticia de una fusión con Banesto. Además de las sinergias económicas, el refuerzo de la red comercial, la necesidad de cumplir los decretos de saneamiento financiero impuestos por el Gobierno o el posicionamiento ante futuras subastas de cajas nacionalizadas, la pregunta que surge es: ¿podría haber algún otro motivo menos evidente en esta fusión?

Aunque era un secreto a voces, ya que el Santander llevaba tiempo dándole vueltas al futuro de Banesto, la fusión no era la única opción, ya que hasta hace dos semanas estuvo encima de la mesa la posibilidad de que la filial traspasase a la matriz 350 oficinas con personal y negocio incluidos, previo pago de una suma que permitiría a Banesto hacer frente a las provisiones que le quedaban pendientes para sanear sus activos inmobiliarios y que se elevaban a unos 1.400 millones.

Desde la opa que lanzó Emilio Botín en 1998 sobre las acciones de Banesto, la cual fue considerada por muchos como la primera opa que se lanzaba en el panorama empresarial español y que supuso la adquisición del 97% del capital social de Banesto (actualmente se sitúa en el 89,24%), este último siempre ha sido la joya de la corona. En total, Banesto costó 1.688 millones de euros y situó al Santander como líder del sector a nivel nacional y en muy buena posición a nivel internacional.

El Grupo Santander con esta operación tiene previsto obtener un ahorro en costes de 420 millones de euros procedente de la integración de los servicios centrales y el cierre de 700 sucursales no sólo de Banesto, sino también del Banco Santander, cuyo personal se irá recolocando en otras oficinas del territorio español, así como también en el extranjero. Además, se establecerá un plan de bajas incentivadas para quien se quiera acoger a él. Estas medidas también afectarán a la cúpula directiva de Banesto, presidido en la actualidad por Antonio Basagoiti y cuyo consejero delegado es Javier San Félix. Se estima también el aumento de los ingresos en un importe de 100 millones de euros. Las sinergias totales ascenderán a 520 millones brutos anuales a partir del tercer año y una mejora del beneficio por acción de un 3%, todo ello basado en las previsiones de la misma dirección del banco.

Se prevé que la fusión del Banco Santander y Banesto quede culminada en mayo de 2013. Además de la fusión por absorción de Banesto, el Santander ha anunciado su intención de absorber en una sola marca comercial a Banif, su división de banca privada. Desde la dirección del Santander aseguran que la fusión de los tres bancos impulsará la rentabilidad del negocio del grupo en España y lo convertirá en la segunda red de oficinas del país bajo una misma entidad corporativa (La Caixa es la primera), y consideran que les permitirá seguir liderando el sector financiero español durante la próxima década.

El Santander siempre ha sido un banco muy personalista, regido por varias generaciones de la familia Botín, cuyo último patriarca estaría ya próximo a la retirada, sin que exista una clara sucesión familiar para dirigir una entidad que ha pasado de ser un gran banco nacional a convertirse en un banco casi global, hipótesis que se ha visto reforzada con el reciente traspaso de buena parte del patrimonio de don Emilio en el banco entre sus cinco hijos, donde ha ganado peso en el negocio el mercado anglosajón, sin perder una sólida posición de liderazgo en el mercado latinoamericano.

¿No podríamos estar asistiendo a la preparación de la compra del Grupo Santander por un gran banco anglosajón, preferentemente estadounidense, que profesionalice los próximos hitos de la vida de la firma, tomando el testigo de don Emilio en próximas fechas? Los accionistas de control de este origen y el lastre que para la entidad está suponiendo el castigo a nivel riesgo de la marca España podrían hacer creíble esta operación.

Lo que es seguro es que es el final de 110 años de historia de Banesto. Pero ¿también, quizás, la preparación para la integración a medio plazo del primer banco español, Santander, en una entidad mayor? La familia Botín está haciendo, una vez más, historia viva de la banca española, aunque puede que esta vez sea la última...

Félix Aguado, consejero delegado de Augeo Consulting Group.

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