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CCAA: Necesidad de orden y control

El Gobierno central no solo debe preocuparse por los presupuestos centrales, sino también por el de las comunidades y ayuntamientos.

Durante más de dos lustros el mundo y especialmente los países desarrollados han vivido en una burbuja monetaria, el acceso al dinero era barato, tipos de interés negativos, y sencillo, facilidad en la concesión de préstamos. Actualmente vivimos unos momentos donde se ha puesto de manifiesto el valor del dinero y la dificultad de financiación, resaltando la necesidad no solo de rebajar el endeudamiento, tanto público como privado, sino también de un control de las finanzas o administración de la que hemos carecido. En este sentido es de destacar la situación española donde tal y como cada vez está más claro y el propio Gobierno reconoce va a ser muy difícil no llegar al 7 por ciento de déficit para este año.

Evidentemente este abultado déficit es fruto de la complicada situación en la que vivimos, pero también de una relajación o libertad en la forma de administrar las cuentas públicas y en muchos casos el lastre de delirantes sueños de los políticos, especialmente los regionales.

La aludida relajación es patente en las comunidades autónomas, relajación e incumplimientos que se pusieron de manifiesto con la llegada de Rajoy. Recordaran que durante enero se conoció y los medios se hicieron eco de importantes incumplimientos por prácticamente todas las comunidades autónomas de los techos de déficit fijados para el ejercicio 2011. FEDEA, en su informe del Observatorio Fiscal y Autonómico publicado en enero del presente ejercicio, señalaba en el mismo que cuatro regiones asumían el 62,2 por ciento del desvío presupuestario, nada más y nada menos que 9.000 millones de euros. La regiones señaladas eran: la Comunidad Valenciana con alrededor del 3.800 millones de euros (21,3 por ciento), Cataluña con más de 2.200 millones (15,5 por ciento), Andalucía con más de 2.000 millones (14 por ciento) y Castilla la Mancha, con algo menos de 1.700 millones (11,4 por ciento). Hoy constatamos como estas cuatro comunidades autónomas y alguna más han tenido que recurrir al Fondo de Liquidez Autonómico, FLA por sus siglas.

Detrás de estas desviaciones hay actuaciones más que polémicas: aeropuertos, embajadas, empresas públicas sin contenido, gastos superfluos, televisiones, etc. Me hago eco de la última, según estoy escribiendo aparecen noticias como que la Generalitat se gastó 1.100 millones para sostener TVE3, algo que el presidente Artur Mas está intentando que no se vuelva a repetir. Conviene recordar que Cataluña es la comunidad más endeudada de España y los recortes que los ciudadanos de aquella región están soportando en materia de prestaciones son muy dolorosos. Pero no es Cataluña la única en esta tesitura como algunos intentan hacernos creer, tenemos otros ejemplos. Hubo momentos de auténtica fiebre por parques temáticos, Terra Mítica nació al amparo de aquellos tiempos, la aventura se transformó en pesadilla y de los 400 millones gastados por la Generalitat Valenciana y las Cajas de Ahorro de la zona tan solo se retornaron 20 millones. Hoy en día esta comunidad, la segunda por nivel de endeudamiento se ha visto abocada a recurrir al FLA, la Caja de Ahorros del Mediterráneo fue intervenida y vendida y Bancaja está integrada en Bankia que como conocen es el mayor lastre de nuestro sistema financiero. Pero aún hablando de comunidades no deberíamos tampoco olvidar los números de los ayuntamientos, donde Madrid es la estrella en impagos de factura a sus proveedores, mientras que seguimos suspirando con el sueño de ciudad olímpica. Hasta aquí aventuras que han terminado en desastre, pero es que además en algunas zonas se han vivido tramas de corrupción política, como en el caso de los ERE en Andalucía y el fondo de reptiles. También ataques de ego como los casos de los coches oficiales, despachos, residencias y un sin fin de acciones.

Hoy España es uno de los países donde la preocupante situación económica, con elevación de impuestos y recortes sociales, más está erosionando a la clase media. Los informes de Cáritas, Unicef, Cruz Roja son cristalinos; recogen lo que manifiestan indicadores económicos macro como: el índice de miseria, el de Gini o Paretto. No se puede seguir como hasta el momento, el Gobierno central no solo debe preocuparse por los presupuestos centrales, sino también por el de las comunidades y ayuntamientos.

El FLA debe verse como una oportunidad para poner en orden las finanzas regionales, podar multitud de empresas públicas sin rentabilidad ni sentido pero con asesores pagados. También debería investigarse a fondo qué ha ocurrido en muchas casos y si es necesario actuar judicialmente.

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