
El Ministerio del Interior ha hecho público que está estudiando la posibilidad de cambiar los límites de velocidad para adecuarlos a los de otros países europeos, lo que supondría un aumento del límite de velocidad en autopista hasta los 130 km/h. Teniendo en cuenta que conduciendo a esa velocidad se puede consumir hasta un 25% más que yendo a 110 km/h, esta medida tendrá un impacto inmediato para las empresas en sus gastos de combustible.
Algo más de lo que preocuparse, por si no era suficiente ya con sufrir el incesante aumento en los precios -desde 2005 a esta parte el precio medio del diésel en Europa ha aumentado un 92%, y el de la gasolina sin plomo premium un 109%-. Por si fuera poco, el Gobierno ha anunciado que está estudiando subir los impuestos al combustible.
Todo ello, junto con el entorno empresarial actual, tan competitivo y con márgenes cada vez más reducidos, está sometiendo las empresas a una presión cada vez mayor. Y no piensen sólo en inmensas flotas de grandes compañías; piensen en una pizzería y sus vehículos de reparto, un supermercado o una tienda de flores; una compañía de taxis, o un parque de ambulancias; una empresa de reparaciones a domicilio, un restaurante de comida rápida? Si consideramos que España cuenta con más de 2 millones de pymes, y que nuestro país es el segundo de Europa en número de vehículos (más de cinco millones y medio, sólo por detrás de Francia), es fácil concluir la magnitud del problema.
Así que, ¿cómo hacer frente a la escalada de precios y la situación económica actual? La mejor forma de abordar los precios del combustible y su impacto en la rentabilidad es introducir sistemas tecnológicos que aporten la información necesaria para promover cambios operativos y de comportamiento, que fomenten una conducción más eficiente no sólo en cuanto a ahorro de combustible, sino también más respetuosa con el medioambiente. La tecnología actual, en efecto, permite reducir los niveles de consumo hasta en un 20%, ganando al mismo tiempo en eficiencia y ofreciendo un mejor servicio a los clientes.
Las soluciones de gestión de flotas, muy conocidas en las grandes empresas, pero aplicables a cualquier grupo de vehículos, permiten obtener un beneficio inmediato en empresas de cualquier tamaño. Tan sólo un dato sobre el retorno de la inversión de estas soluciones: se puede comenzar a ganar dinero cada día a los 6-9 meses de su implementación. Aunque estos sistemas tienen una tecnología avanzada, la idea es básica: proporcionar las herramientas para propiciar cambios operativos y de comportamiento que mejoren un estilo de conducción responsable con el gasto de combustible.
Por supuesto, influir positivamente en el comportamiento del conductor requiere también proporcionarle los recursos necesarios para que el cambio tenga un efecto real. Algunos avances recientes incorporados a los dispositivos de navegación de TomTom incluyen la posibilidad de dar un feedback directo al conductor. Esto significa que los conductores podrán saber en tiempo real su eficiencia en el combustible, o ser alertados en caso de velocidad excesiva, maniobras bruscas o frenazos -un paso importante para que el conductor pueda aprender mientras conduce y para que sea consciente de que de su estilo de conducción dependen en parte los objetivos de eficiencia y de ahorro-.
Sin embargo, y a pesar de sus ventajas, la gestión de flotas tiene una presencia casi inexistente entre las pymes. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque no se conoce. Consultoras como Berg Insight, expertas en esta materia, sitúan el nivel de implantación en los países del sur de Europa (entre los que se encuentra España) en torno al 2 por ciento, mientras que en otros, como el Reino Unido, está por encima del 20 por ciento.
Si desde hace ya tiempo es una constante el uso de navegadores GPS en los vehículos de empresa, ¿por qué no dar un paso más, si la tecnología lo permite? De la misma forma que el GPS es ya un elemento cotidiano en nuestras vidas, la gestión de flotas de vehículos también será una constante en el futuro en el ámbito empresarial. Combinado con otros elementos, esenciales también, como la formación y la concienciación de los conductores, va a ser la base sobre la que se construya la movilidad en el futuro. Y será, además, un elemento fundamental para las empresas en su progreso hacia la productividad y la rentabilidad. He aquí algunas recomendaciones para empresas:
- Las empresas deben abordar la subida del precio del combustible desde una perspectiva de gestión de cambio a través de la implementación de una política eficiente que abarque toda la empresa.
- Debe establecerse un plan de comunicaciones para implicar a todos los conductores.
- Con el fin de medir el rendimiento y llevar un seguimiento de la eficiencia de la iniciativa, debe utilizarse un sistema de gestión de flotas fiable.
- Este sistema debe ofrecer y transmitir datos de gestión sobre la actividad de flota en tiempo real y en un panel de control de forma clara y concisa.
- A los conductores se les debe permitir cambiar el estilo de conducción: proporcionar a los conductores comentarios inmediatos sobre su rendimiento al volante, así como información actualizada sobre los progresos realizados para conseguir un cambio de manera positiva.
- Incorporar navegadores con información de tráfico en tiempo real para una conducción eficaz y sin estrés y un kilometraje reducido.
- Recompensar la eficiencia en el consumo de combustible, celebrar el éxito.
- Ofrecer formación a los conductores que presentan un rendimiento bajo.
Javier Cañestro, Director comercial de TomTom Business Solutions para España y Portugal.