Los candidatos socialistas a las elecciones autonómicas y municipales del día 22 de mayo están, lógicamente, a lo que tienen que estar: en plena campaña, arropados los fines de semana por los líderes estatales? que lógicamente tienen el mismo interés que los candidatos en obtener unos buenos resultados. Sin embargo, aunque nadie comete el error de salirse explícitamente del guión, es evidente que la mirada de muchos cuadros y militantes socialistas está también en las elecciones primarias que arrancarán el 28 de mayo en la comisión federal del Partido Socialista.
De momento, los dos candidatos cuya participación se da por descontada, pese a la discreción de ambos, son Rubalcaba y Chacón, muy activos en la actual precampaña y previsiblemente muy volcados en la campaña propiamente dicha. Representan, por usar los términos utilizados por la periodista Anabel Díez, la "seguridad" y la "ruptura", el dilema que sin duda se plantearán los electores, los 220.000 militantes socialistas con derecho a voto. En realidad, sin embargo, tales atribuciones no están claras, porque los dos han sido, son aún, ministros de Zapatero, y sin embargo sus respectivas opciones representan innovaciones semejantes.
Tampoco Bono, el tercero en discordia, marcaría una ruptura, sino al contrario: sería una vuelta a los orígenes ya que, como es sabido, perdió la secretaría general en 2000 frente a Rodríguez Zapatero por un puñado de votos. En realidad, "ruptura" sería la irrupción de un inesperado, de una especie de renovado Zapatero, pero en esta ocasión no es fácil que se produzca la sorpresa por la sencilla razón de que de no contar el candidato con el apoyo del comité federal o la comisión ejecutiva, serían necesarias 22.000 firmas de afiliados para entrar en liza.
En este planteamiento hay una duda: algunos próximos a Rubalcaba no están seguros de que el primer vicepresidente y ministro del Interior, quien pareció predestinado para la sucesión al ser adornado por tal acumulación de poder, esté dispuesto a someterse a unas primarias frente a una candidata treinta años más joven? Lo que a su vez abona la idea de un tándem Rubalcaba-Chacón, que daría visibilidad a la unanimidad generacional y evitaría una estéril competencia entre quien por edad se irá pronto de la política y quien tiene todavía un prometedor camino ante sí.
Es probable que no estén aún todas las cartas repartidas, ni la totalidad de las decisiones tomadas, por lo que los resultados del 22 de mayo, que deprimirán a algunos y llenarán de euforia a otros, serán seguramente decisivos para las decisiones posteriores. De cualquier modo, lo cierto es que el futuro no está todavía escrito, ni en el interior del PSOE ni en las confrontaciones electorales que se avecinan.
Antonio Papell es periodista.