Evasión

La cala de la Costa Brava que no sale en las guías turísticas pero que sí o sí debes conocer: un paraíso virgen con aguas cristalinas

Fuente: María León

Nadie dijo que llegar al paraíso fuera una tarea sencilla y en esta ocasión no iba a ser menos. Pues, aunque es cierto que España se caracteriza por tener distribuidos auténticos rincones maravillosos a lo largo de sus casi 8000 kilómetros de playa, encontrar la perfecta no es tan fácil como parece, y más si queremos evitar las aglomeraciones.

Esto es precisamente lo que ocurre en la Costa Brava, una de las zonas de playa más bonitas de España. Aguas cristalinas, un color azul turquesa profundo y muy buenas vistas. Aunque podría seguir describiendo el lugar, estos son algunos de sus principales atractivos, de manera que no sorprende a nadie que tanto turistas nacionales como extranjeros viajen para conocer sus paradisíacas calas.

Ahora bien, entre la marabunta habitual del verano, todavía es posible disfrutar prácticamente solos de todo ello. ¿El truco? Evitar las calas de renombre y apostar por aquellas pequeñitas, como la cala de S´Eixugador, un auténtico paraíso que pocos conocen.

Un oasis alejado del turismo

Lo cierto es que si has investigado un poco de la zona, lo más posible es que te suene el nombre de Begur, el pueblo donde se sitúa. Este es uno de los más conocidos y los motivos no son otros que su encanto marinero, sus casitas de colores y la belleza de sus calas.

Lo que no todo el mundo sabe es que precisamente allí se encuentra una de las más bonitas y poco concurridas. El error que comete la gente al llegar es pararse en Cala Sa Tuna, la primera de la zona, cuando muy cerquita se encuentra el S´Eixugador. Para ello, deberás seguir el famoso camino de Ronda que parte desde Sa Tuna en dirección a la Punta de Es Plom, a unos 400 metros de distancia. Desde ahí arriba ya podrás ir apreciando su maravillosa paleta de tonos azul turquesa y distinguir a la perfección el fondo de arena y roca.

Vistas desde el Camino de Ronda
Vistas desde el Camino de Ronda | Fuente: María León

Paisaje virgen y aguas cristalinas

Eso sí, ya he adelantado al inicio que para disfrutar de un paraíso así hay que "sufrir" un poquito. Después de las maravillosas vistas, el tramo final del camino se complica, ya que es necesario descender por una especie de garganta de terreno resbaladizo, por lo que no olvides llevar calzado adecuado para la ocasión.

Pese a ello, todo aquel que llega hasta allí coincide: merece la pena. Es pequeñita, pues apenas tiene unos 70 metros de largo por unos 10 de ancho, pero lo realmente importante se encuentra en el agua. Mi recomendación, y la de cualquier amante del snorkel, es contar con unas gafas de bucear y unos escarpines para poder contemplar los peces y los tesoros que se encuentran escondidos.

Cala S´Eixugador
| Fuente: Istock

Otro dato que también llama la atención, es la cantidad de pequeñas embarcaciones que se encuentran en sus aguas, y que también le otorgan un atractivo extra al paisaje.

A tener en cuenta

Ahora bien, como podrás suponer, no es una cala que cuente con servicios y comodidades como restaurantes, aseos o comercios. Los más próximos se encuentran en Sa Tuna, donde deberás aparcar el vehículo, así que tenlo en cuenta antes de ir.

Otro dato a tener en cuenta es que, sobre todo durante la temporada alta, es algo complicado estacionar, por lo que lo mejor es ir pronto para asegurarse de encontrar sitio cerca de la costa y evitar dejarlo en alguna de sus empinadas cuestas. Prácticamente a pie de la Cala Sa Tuna se encuentra un parking, aunque es de pago.

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