Este lunes por la noche, La 2 de TVE ofrece a los espectadores un plan difícil de superar: la emisión de Sed de mal (Touch of Evil, 1958), una de las grandes obras maestras del cine negro, dirigida por el inigualable Orson Welles. Con entrada libre —es decir, desde el sofá de casa y sin coste alguno—, esta película se convierte en el mejor y más barato plan cultural para empezar la semana con arte, tensión, y cine del bueno.
La película se emite dentro del veterano y prestigioso espacio Días de cine clásico, que en los últimos años se ha consolidado como un oasis para los amantes del séptimo arte. En tiempos de plataformas de pago, suscripciones y contenido efímero, La 2 mantiene viva la llama del cine de calidad, ofreciendo en abierto títulos que han marcado la historia del cine. Sed de mal es, sin duda, uno de esos.
Rodada en 1958 y protagonizada por Charlton Heston, Janet Leigh (sí, la de la ducha de Psicosis, la mamá de Jamie Lee Curtis), Marlene Dietrich y el propio Welles, esta obra representa un punto culminante del cine negro estadounidense. Su famoso plano secuencia inicial —más de tres minutos sin cortes— es considerado uno de los mejores comienzos de la historia del cine. Pero más allá de su forma, la película destaca por su fondo: una atmósfera opresiva, una historia de corrupción en la frontera entre México y Estados Unidos, y una crítica feroz al abuso de poder.
Orson Welles, que interpreta al corrupto capitán de policía Hank Quinlan, firmó con Sed de mal su última película de estudio en Hollywood. A pesar de los problemas durante su producción —la película fue reeditada sin su consentimiento—, el tiempo la ha reivindicado como una obra maestra indiscutible. En 1998, una restauración basada en las notas del propio Welles permitió acercarse a la visión original del director, devolviéndole parte de su grandeza.
Además de su valor artístico, Sed de mal también ofrece una reflexión incómoda y vigente sobre el racismo, la xenofobia y la impunidad policial. Elementos que, más de 60 años después, siguen presentes en el debate público internacional. Welles, visionario como pocos, ya los ponía sobre la mesa con valentía y maestría narrativa.
En un momento en que el algoritmo impone sus reglas y muchas veces cuesta encontrar buen cine sin pagar por él, la propuesta de La 2 resulta doblemente valiosa. Es cine de autor, cine de calidad, cine con historia… y gratuito. ¡Y se puede ver en versión original!
Una oportunidad perfecta para descubrir —o redescubrir— a Orson Welles y comprobar por qué esta película es citada una y otra vez como una lección magistral de dirección, guion, fotografía y montaje. La cita es a las 22:00 en La 2. Solo hay que encender el televisor y dejarse atrapar por la fuerza del blanco y negro, por los claroscuros morales y estéticos que hicieron de Sed de mal una leyenda. El mejor plan, sin gastar un euro.