
Con la llegada del verano, muchas veces no sabemos qué hacer con algunos alimentos, ya que nos vamos de vacaciones y sabemos que se van a poner malos, pero no podemos comernos todo lo que queda en la nevera, así que acabamos siempre tirando alimentos en mal estado a la basura. Este problema se intensifica con el queso, ya que es un producto un tanto delicado, pero hay un truco para evitarlo.
Aunque muchas personas no lo sepan, el queso también se puede congelar. Evidentemente, no es lo más aconsejable, pero frente a una situación de necesidad en la que necesitemos conservarlo un tiempo mientras estamos fuera, puede ser la opción más acertada.
Sin embargo, hay que saber cuáles sí o cuáles no se pueden congelar, ya que no todos son iguales. Así, si tenemos varios tipos de queso, podemos comernos antes de un viaje los que no se pueden congelar, y los que sí se pueden guardarlos hasta nuestra vuelta.
Quesos que sí se pueden congelar: los duros.
- Cheddar.
- Parmesano.
- Emmental.
- Gouda.
- Edam.
- Curados y semicurados.
- Queso rallado para gratinar.
Quesos que no se pueden congelar: los blandos.
- Azules.
- Brie.
- Camembert
- Requesón.
- Queso fresco.
Para guardarlos, lo más aconsejable es envolverlos bien y evitar que haya aire en el interior, para que se conserve de la mejor forma posible. Cuando volvamos, tan solo debemos volver a poner el queso en la nevera, y con la diferencia de temperaturas se acabará descongelando sin ningún tipo de problema.