
Eran los años 50, concretamente 1954, cuando veía la luz uno de los western más atípicos hecho hasta entonces. Me refiero a Johnny Guitar, una película de serie B en la que casi nadie creía y que ya desde su estreno se ha convertido en todo un clásico. Un western protagonizado fundamentalmente por mujeres, son ellas las que llevan los pantalones quedando los hombres en un segundo plano. Una película de personajes, de relaciones, en la que sobresalen un guión extraordinario. Es curioso porque en algunos momentos nos recuerda casi a una ópera, algo que acentúa el carácter dramático, casi trágico, que tiene todo el metraje.
Contiene una primera parte que sucede prácticamente en el local que regenta Vienna, nuestra protagonista. Y este detalle muestra ya la singularidad del film ya que sirve para poner en escena todos los conflictos y motivaciones de los personajes. La historia es todo un culebrón, se sitúa en Arizona poco tiempo después de la guerra civil norteamericana. Han pasado 5 años desde que Jhonny Guitar (el gran Sterling Hayden), un célebre pistolero, y Vienna (inmensa Joan Crawford) rompieron su relación sentimental ante la negativa de él a echar raíces. En ese tiempo ella ha adquirido una casa de juego en un terreno que piensa vender a la compañía de ferrocarriles.

Johnny acude a la llamada de Vienna. De camino presencia un asalto a la diligencia en el que muere el dueño del banco local, lo que desencadena las tensiones y los intereses ocultos de los habitantes del pueblo. Es en este momento cuando entra en escena la hermana del banquero asesinado quien acusa del asalto a una banda que vive de explotar una mina de plata. Su líder, Kid, es el objeto de deseo de esta mujer ya que éste último ama a Vienna. Es tanta su envidia que tendrá un sólo propósito: aniquilarla.
Una de las cosas que más llama la atención, y que no se había hecho nunca, es que la historia está impulsada por la enemistad de dos mujeres duras, algo no muy habitual en el género. Un género en el que los hombres eran los protagonistas. Amor, odio y violencia eran lo que su director, Nicholas Ray, quería y supo impregnar sobradamente al tiempo que le daba un aire épico totalmente asombroso. Todo ello convierte la película en algo muy personal y totalmente atípica. Quiso además que la sucesión de colores de los vestidos y camisas que luce Vienna sirviesen como recurso dramático tan crucial como el ángulo de cámara elegido para retratarla.

Imposible olvidar así mismo algunas de las escenas más populares de la película. Aquella en la que Vienna y Jhonny comparten plano, ella en una ventana mirándole fijamente mientras recita unos diálogos de romanticismo y de los más recordados del género. ¿Os acordáis de estas palabras? "Miénteme, dime que no me has esperado todos estos años", el propio Pedro Almodóvar le brindó un sentido homenaje en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Sin embargo, mi favorita es aquella en la que Vienna toca el piano con frialdad mientras los enemigos están llegando para arrastrarla y colgarla. Jhonny Guitar es emocional, extremadamente furiosa y sensible al tiempo que diferente a todos los western que hayas visto. No te la puedes perder, está en Movistar Plus+ y Prime Video.