Evasión

Escapada a La Milla, el chiringuito que es un destino gastronómico imprescindible en Marbella, para celebrar la entrada del verano

Sabed que el verano comienza cuando se produce el solsticio de verano, que este año será exactamente a las 4:42 horas de la madrugada de mañana, aunque no todos los años empieza el mismo día ni a la misma hora. Por eso mismo, y para rendir tributo a nuestra estación del año favorita, hoy dedicamos estas líneas a un CHIRINGUITO, si es mayúsculas, que es un destino gastronómico a pie de playa

No es un chiringuito cualquiera, qué va, más que nada porque cuenta con un Sol Repson y con una recomendación en la guía Michelin. Sí está en la playa, por supuesto, en la de Nagüeles, justo entre los hoteles Marbella Club y Puente Romano, pero aquí se viene a comer bien, muy bien

Fue hace ya once años que Luis Miguel Menor y César Morales inauguraron este destino imprescindible en lo que llaman La Milla de Oro, y de ahí su nombre. La propuesta se basa en el marisco y el pescado, que el caprichoso mar aporta a diario, procedente siempre de las costas andaluzas (Cádiz, Tarifa, Málaga, Granada y Almería) y que llega a la mesa casi sin manipular. Cuenta con dos espacios, cada uno con su propia carta y en ambos resulta imposible estar más cómodo.

Aquí, el producto se manipula con todo el respeto con el objetivo de no alterar un ápice el sabor de su frescura, ya que cada plato refleja la esencia del mar en su mejor momento.

"Este rincón del Mediterráneo es un enclave único donde poder disfrutar de los mejores sabores del mar más cercano. Nuestra apuesta por el producto de cercanía nos permite ofrecer a los clientes máxima frescura y autenticidad en cada plato y gracias a ellos hemos logrado convertirnos en un destino imprescindible", dice Luismi, chef y propietario junto a César, quien destaca el orgullo de que un chiringuito "haya conseguido posicionarse entre los mejores restaurantes de Andalucía".

¿Qué se come en La Milla? Uno de los espetos que tan bien elaboran. Por supuesto el de sardinas, pero el de lubina y el de dorada son sublimes. Pero antes, para abrir boca la idea es comenzar con unas almejas, unas navajas, el brioche de gamba con limón y con las ostras con ajo blanco y limón. Para compartir, el tartar de atún rojo y el ceviche de gamba blanca es una apuesta segura.

Aquí, la banderilla es de carabinero, recordad, de la misma manera que el antojo de este acompañado de patatas y huevos fritos con o sin caviar puede ser bestial. En cuanto a los arroces, acostumbran a preparar cinco, que son el seco ibérico; el ibérico con gamba roca, un mar y montaña tan maravilloso como el de lobo bajo de angus, el negro de dorada o el meloso o seco de carabinero. Pero, ojo, sabed que en este templo la carta está viva y se rige por los caprichos de la naturaleza. Aquí lo suyo es armonizar cualquier platazo con un champagne, pero saber que este templo en la misma playa de lo Nagüeles cuenta con hasta 900 referencias.

La Milla: Mucho más que el espeto de sardina

Entre los clásicos, muy demandada es la cazuela de mejillones al vapor con su caldo corto, tanto como las almejas de la bahía al ajillo con Vino de Jerez. No faltan las sopas frías, entre ellas, el gazpacho con salpicón de centollo y tartar de verduras con crujiente de pan, ni la fritura tradicional (calamares, boquerones, bogavante). E imprescindible resulta al carabinero cocinado al horno de carbón, sí, pero también los arroces y paellas, aunque a nosotros lo que nos obliga a volver son los espetos, un arte culinario que además de a las sardinas aplican a la lubina, a la dorada, al rodaballo y al calamar. Impresionantes.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky