Muchas veces no hace falta irse lejos para disfrutar de lugares increíbles. Puede parecer que Extremadura no es el mejor lugar para pasar los calurosos meses de verano, pero todo depende de si sabes buscar. En el corazón de Badajoz se encuentra una joya oculta para el turismo más masivo. Estamos hablando de Orellana la Vieja, uno de los pueblos más bonitos de España que rompe con lo que uno espera encontrar en Extremadura: una playa con Bandera Azul.
A nivel nacional no es el punto que más destaca, pero Orellana cuenta con un impresionante conjunto histórico, calles empedradas y un entorno marcado por la arquitectura predominante en el Renacimiento rural del siglo XVI.
El centro de este pueblo es sin duda su castillo-palacio de los Altamirano, la que fue una fortificación defensiva que, como muchos otros, pasó a convertirse en residencia señorial. Hoy día cuenta con su torre del homenaje en pie todavía y una galería porticada que recuerda en parte a los palacios italianos.
Próxima al lugar se encuentra la iglesia de la Inmaculada Concepción, diseñada por el maestro trujillano Francisco Becerra antes de seguir con su trabajo levantando catedrales en América: "Una de las personalidades más sobresalientes de la arquitectura virreinal", apuntó en el 2022 la Real Academia extremeña de las Artes y las Letras.
Entre la sierra de Pela y la vega del Guadiana Orellana la vieja susurra esta parte de la historia con caminos y cruces únicos.
La playa que no esperas encontrar
En este punto del interior nadie espera que haya una zona de baño tan espectacular como es la que hay en el litoral dulce. La playa Costa Dulce, a orillas del gran embalse de Orellana, fue la primera playa de interior en hacerse con el distintivo de la Bandera Azul desde 2010 por la calidad de sus aguas.
Año tras año se ha consagrado como un lugar de retiro solo para los que saben donde mirar. Además, cuenta con todo tipo de servicios como seguridad, gestión ambiental, zona de hamacas, merenderos, chiringuitos y hasta un club náutico en el que practicar deportes acuáticos.
No hace falta irse al mar para disfrutar del agua en un espacio para nadar y tomar el sol en buena compañía.
Dejando la playa a un lado, Orellana también ofrece el entorno perfecto para los amantes de la montaña. La ruta que hay en el embalse, bordando la superficie del agua, es una de las mejores para senderistas principiantes o que solo buscan disfrutar del entorno natural de la sierra en uno de los tramos que mejor se han conservado del Guadiana.