
Shakespeare visita Madrid. Fuente inagotable de inspiración para todos los artistas de todos los tiempos de todos los campos del saber y las letras, el Teatro Real le rinde homenaje en la programación de la nueva temporada 2025-2026. La reina de las hadas, de Henry Purcell; Otello, de Giuseppe Verdi; Romeo y Julieta, de Charles Gounod; El sueño de una noche de verano, de Benjamin Britten, y el espectáculo de danza Julieta y Romeo interpretado por el Ballet Real de Suecia formarán parte del próximo cartel. A este tributo operístico se suma el fotográfico. El coliseo madrileño ha presentado la exposición de la artista británica Julia Margaret Cameron, que explora los clásicos shakesperianos a través de sus fotografías escenificadas. La muestra se puede visitar desde este miércoles 11 y permanecerá abierta un año, según informan desde el teatro.
Nueva colaboración entre el Teatro Real y PHotoEspaña junto al British Council. De Puccini a Shakespeare. Este año, la fotógrafa Julia Margaret Cameron (Calcuta, 1815-Kalutara, Sri Lanka, 1879) nos invita a recorrer las páginas inmortales del dramaturgo y poeta británico a través de su trabajo reunido bajo el título El sueño de una noche de verano. La muestra, que cuenta con fondos de la colección del Victoria & Albert Museum de Londres, reúne una cuidada selección de imágenes procedentes de su archivo, muchas inspiradas en la obra de Shakespeare, habitual en las tendencias vanguardistas británicas del momento. Son retratos de grandes intelectuales y escenas de gran belleza y dramatismo que revelan la sensibilidad de una de las creadoras más influyentes del siglo XIX.

Comenzó Cameron su trayectoria como fotógrafa a los 48 años. Su hija le regaló una cámara y su manera de mirar el mundo cambió. A través del visor, volcó su sensibilidad y cultivó su pasión por la imagen. Pionera y moderna, dio sus primeros pasos en el campo de la fotografía artística y el fotomontaje.

La artista reivindica la fotografía como una disciplina por derecho propio y traza un vínculo entre la literatura, el renacimiento y universo iconográfico bíblico, creando escenarios de belleza, tragedia y amor. Cameron rompió con los cánones técnicos de su época, que premiaban el foco y desdeñaban la falta de nitidez. Cultivó el efecto flou,desenfoques controlados para potenciar el efecto artístico; y, también, las manchas de dedos o huellas en el objetivo que impregnan la imagen, firmas características de su obra. Avanzada a su era, la británica se anticipó al propio pictorialismo fotográfico. Defendió lo estético frente a lo técnico y lo poético frente a lo real.