
Una mirada, la de Dora Maar, asomada a la ventana de su estudio en el año 1937. Es la fotografía nuclear de esta exposición que nos acerca a su lente, la de una grandísima fotógrafa del siglo XX que inmortalizó a su amante, Pablo Picasso, con unos amigos en una playa mediterránea de 1940. Junto a estos retratos, vemos imágenes de una Barcelona de 1933. El paisaje social y urbano de la calle, con sus vecinos paseantes, el enternecedor retrato de la joven en kimono y esos remendadores que cosen sus redes de pesca sobre la arena de la playa Gran de Tossa de Mar. Todo este material, toda esta joya fotográfica, se expone en El Museo Lázaro Galdiano de Madrid, en la sala Pardo Bazán desde el 6 de junio hasta el 14 de septiembre. El proyecto, de la Fundación Loewe, forma parte del cartel de PHotoEspaña.
Dora Maar: fotografía y dibujos da título a esta excepcional colección de trabajos de la fotógrafa, artista y musa de Picasso, poco conocidos hasta ahora. Escenas de la Barcelona en 1933, a través del visor de Maar, que nos acercan a la capital catalana. Un paisaje de cafés, tranvías y periódicos, testigos de la lucha social del momento en una época convulsa que desembocó tres años después en la Guerra Civil.

A través de la mirada de Dora, contemplamos la vida cotidiana de los trabajadores, afanados en sus oficios de pesca, de cestería. Jornaleros, músicos de la calle, mendigos y prostitutas. Frente a esta imagen social de marginación y estrecheces, vemos paseantes burgueses, trajeados y con sus sombreros canotier, mientras toman el fresco por las Ramblas.


Esta exposición reúne también retratos de artistas como el dramaturgo Jean Cocteau, la actriz Nadia Sibirskaïa y Frida Kahlo; imágenes de gran valor que documentan el proceso de creación de El Guernica, la obra maestra del malagueño universal; dibujos, descubiertos hace poco y que se exponen al público por primera vez. Además de diarios y cuadernos con lápiz y tinta china. Destacan las abstracciones cubistas e imágenes inspiradas en la mitología, bodegones y paisajes naturales, dibujos que reflejan los sueños y las ideas de Dora, así como su incansable experimentación con el lenguaje de la imagen.


Henriette Theodora Markovitch, Dora Maar, cultivó la fotografía experimental, el collage, el reportaje, el dibujo y la pintura. La artista parisina, nacida en el seno de una familia croata-francesa, fue uno de los máximos exponentes del surrealismo fotográfico por su ruptura con la estética del pictorialismo y su visión exploradora que le llevó a crear imágenes oníricas, provocativas y abstractas. Un paseo por el tiempo de una efervescencia creativa que nació años atrás, en 1924, con la publicación del Manifiesto fundacional del francés André Breton, poeta, ensayista y teórico, que sentó las bases del surrealismo.