Evasión

Crítica de 'The Pitt' (Max), la serie comodín que te arregla la vida cuando no sabes qué ver

Las series de médicos son un clásico de la televisión que pocas veces fallan. La legendaria Urgencias, la imperturbable Anatomía de Grey, la poderosa House o la estimulante The Good Doctor son algunos ejemplos. En España hemos tenido dignas representantes. Que nadie se meta con aquel Hospital Central y el doctor Vilches, uno de los personajes más queridos que ha dado la televisión patria.

El género acaba de sufrir un agradable revolcón con el estreno de The Pitt, una serie que puedes ver en el catálogo de Max y que se ha convertido en uno de los estrenos más apetecibles y recomendables de lo que llevamos de año. Una serie sin pretensiones, que no cambiará la historia de la televisión ni acaparará conversaciones eternas ni análisis profundos, pero que consigue algo que otras son incapaces: entretener. Es la serie que hay que tener a mano cuando te cansas de rebuscar en los abarrotados catálogos de las plataformas, donde hay de todo y a la vez no encuentras nada. En ese momento, ponte un capítulo de The Pitt.

La temporada -15 capítulos, todos disponibles- de The Pitt muestra un turno completo en urgencias y casi tiempo real, de tal manera que cada episodio es una hora de trabajo en la primera línea de los servicios médicos del Pittsburgh Trauma Medical Hospital. El jefe es el Dr. Robby, un personaje interpretado por Noah Wyle, que ya estuvo en Urgencias (Dr. John Carter). Está rodeado de un grupo de residentes y varios aprendices que se enfrentan a la cruda realidad de una profesión apasionante y maltratada (desde dentro y desde fuera).

Todo va muy rápido en The Pitt, que está narrada de forma muy realista, pero con un tono muy llevadero porque, ante todo, es entretenida. Hay dramas y situaciones críticas, pero apenas hay tiempo para digerirlo porque, como les pasa a los médicos de guardia, después de un paciente llega llega otro al que hay que atender como si fuera el primero, olvidando lo anterior. También hay imágenes explícitas -entramos con ellos a los quirófanos, suturamos heridas como si fuésemos miembros del equipo y vemos de cerca la muerte- pero cuando se estabiliza a un paciente, pasamos a otro caso menos dramático, incluso cómico.

Y, mientras tanto, nos vamos enterando de las vidas de los protagonistas, pero eso no es lo importante en The Pitt, que se limita a dar algunas pinceladas de quiénes son cada uno de ellos y qué filias y fobias existen en ese entorno de trabajo. Y, cuando te das cuenta, ya ha pasado otra hora del turno de urgencias.

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