Evasión

Ni Almagro ni Sigüenza: el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha tiene casas excavadas en la montaña y un castillo del siglo XII

 

Aunque gran parte de la atención se la lleve Toledo, su imponente capital y el arte Mudéjar que asoma por su casco histórico, hay que reconocer que dentro de Castilla-La Mancha también se encuentran otras localidades dignas conocer. Conocida por los numerosos molinos de vientos que decoran su extensión, esta región en el centro de España ha sido el escenario principal de una de las novelas más icónicas de la literatura española, Don Quijote de Miguel de Cervantes.

Además, si de algo puede presumir esta comunidad autónoma es por ser una con más riqueza patrimonial y cultural, prueba de ello, por ejemplo, son las Casas Colgantes de Cuenca o las numerosas huellas que dejaron los romanos siglos atrás. Ahora bien, si hablamos de pueblecitos con encanto, encontramos una larga lista en Castilla-La Mancha. Alguno de los nombres que más resuenan son Sigüenza o Almagro, pero si tenemos que hablar del más bonito, sin duda lo haríamos de esta localidad de Albacete.

Historia y encanto

Lo primero que llama la atención de esta localidad es su imponente paisaje, dominado por la montaña y las aguas del río Júcar. Que haya sido declarado Conjunto Histórico-Artístico durante la década de los ochenta es un claro indicativo de su belleza. Estamos hablando de Alcalá del Júcar, un pequeñito pueblo de Albacete que ha conseguido mantener su esencia a pesar del paso de los años.

Lo primero que llama la atención de todo aquel que lo visita es su bonito casco histórico, repleto de casitas de color blanco, y la enorme peña donde se esconden algunas. Es precisamente este detalle el que le dota de personalidad, ya que todas ellas se tratan de casas-cueva. Su Puente Romano es una de las huellas de la historia. No obstante, aunque no todo el mundo lo sabe, a pesar de llamarse así, fue construido a finales del siglo XVIII.

Castillo de Alcalá del Júcar
| Fuente: Alamy

Si realmente se quiere conocer uno de los monumentos más antiguos de este enclave, deberíamos de hablar del pequeño Castillo de Alcalá del Júcar, construido durante el siglo XII y de origen musulmán. También, es posible visitar algunos rincones históricos como la ermita de San Lorenzo, un templo neoclásico y la iglesia de San Andrés con su gran torre de unos 70 metros de altura.

Ahora bien, además de perderse por sus antiguas callejuelas, también es un plan imprescindible explorar el Parque Natural de la Hoz del Júcar, donde es posible realizar numerosas actividades.

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