
Aunque hay quienes afirmar que no, viajar en el tiempo sí que es posible, tan solo es necesario desplazarse a algunas de las ciudades y pueblecitos del mundo que aún siguen albergando esa esencia histórica. Atenas y su pasado griego, Roma y el Coliseo, China y su gran muralla, y una extensa lista más de destinos. Lo que no todo el mundo sabe es que dentro de ella también es posible encontrar ciudades y pueblecitos no tan conocidos a priori, pero sí repletos de una historia y un rico patrimonio. En este caso, es posible conocer los entresijos de la época del medievo en una bonita ciudad francesa del departamento de Sena y Marne.
A 80 kilómetros de la capital parisina, encontramos la ciudad medieval de Provins, antiguamente una pequeña comuna medieval conocida por su amplio pasado comercial y sus animadas ferias. Durante un tiempo fue la antigua capital de los condes de Champaña y desde el año 2001 fue forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Lo que caracteriza a esta ciudad histórica es que ha sabido conservar su autenticidad medieval con sus 58 monumentos catalogados, sus laberínticos pasajes subterráneos y sus mercados tradicionales.

Un rico pasado y patrimonio medieval
Provins rebosa de monumentos históricos y ofrece a todos sus turistas un notable patrimonio arquitectónico. Para conocer su importancia, es necesario remontarse a la Edad Media, pues durante el siglo XII llegó a ser la tercera urbe más relevante del país, justo después de París y Ruán.
Ahora bien, no todo su patrimonio se encuentra a simple vista, sino que bajo las calles adoquinadas de la ciudad alta se esconde un fascinante laberinto de sótanos abovedados, llamados localmente 'subterráneos'. Se excavaron durante los siglos XI y XIII y estas 800 habitaciones sirvieron de almacenes para los ricos comerciantes de la ciudad. Aquí la temperatura se mantiene constante sobre los 12 grados, por lo que las condiciones eran ideales para la óptima conservación de la mercancía.

Más de 1500 metros de piedra y 12 de altura
Unas de las mejores fortificaciones de Francia se encuentras en esta pequeña localidad y, además, puede presumir de ser las mejores conservadas. Construidas entre los años 1226 y 1314 bajo el mandato de los condes de Champaña, impresionan sus más de 1500 metros y sus 12 metros de altura que alcanzan en algunos puntos.
Pasear por este lugar es como transportarse 700 años atrás, ya que todavía es posible conocer las 22 torres de vigilancia que se alzaron durante esta época y la Puerta de Saint-Jean, la entrada principal a la alta ciudad. Desde aquí es posible observar la magnitud de la fortaleza y comenzar a pasear por la Calle Saint-Jean, donde se encuentran algunos de los primeros monumentos de la ciudad.

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