
Un viaje bien organizado es una oportunidad perfecta para conocer nuevas regiones, culturas y probar un poco de su gastronomía. Pero si el viaje es en pareja el romance juega un papel fundamental, aunque este puede variar un poco dependiendo del destino que se escoja. Sin embargo, hay tiempo para todo, ya sea disfrutando de un atardecer, el tintineo de copas en una buena cena o disfrutando de actividades uno al lado del otro.
Algunos hoteles son ideales para conseguir reforzar estas experiencias compartidas y en Mallorca hay un rincón escondido que ha destacado como "uno de los más románticos del mundo", según el portal web Traveller. Esta opción es perfecta para disfrutar de una pequeña píldora de amor en una luna de miel, un aniversario, o simplemente una bien merecida escapada romántica.
Se trata de La Residencia, un refugio perfecto para vivir nuevas experiencias en un entorno natural "escondido" en las estribaciones de la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esta antigua finca, ahora parte de la colección Belmond, mezcla la elegancia de edificios centenarios en plena naturaleza con todo tipo de lujos. El lugar ofrece un total de 71 habitaciones que cuentan con sus propias terrazas privadas. Según la opción que se escoja la residencia puede contar con piscinas de inmersión, pero todas con vistas al mar.
Como resaltan en la web del hotel, la esencia de este espacio es puramente bohemio y durante siglos "ha sido un lugar de conexión espiritual". Se encuentra en el pintoresco pueblo de Deyá en el que se puede vivir una experiencia muy completa.
Qué ver y hacer en Deyá
En este rincón de la costa noroeste de Mallorca destaca su encanto bohemio y su rica herencia cultural, que ofrece la perfecta combinación de naturaleza, arte y patrimonio histórico.
En la cima del pueblo se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, un templo del siglo XVI que ofrece vistas panorámicas impresionantes de la Sierra de Tramontana y el mar Mediterráneo. Próximo a la iglesia hay un pequeño cementerio en el que hay enterradas personas de gran renombre, como el escritor británico Robert Graves, que residió en el pueblo durante buena parte de su vida.
Sin embargo, lo que hará del viaje algo mágico es su entorno, por lo que una visita al mirador de Sa Foradada al atardecer será la guinda a un día único. El lugar se encuentra próximo a Son Marroig, la histórica finca del archiduque Luis Salvador de Austria, en la que ahora hay un museo dedicado a su vida y obra.
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