Leo Harlem, invitado a 'El Hormiguero': de su trabajo como panadero y camarero a sus estudios en Arquitectura y Derecho

En la comedia hay grandes nombres que resuenan con fuerza, pero entre todos ellos destaca con razón el de Leo Harlem. El humorista se ha convertido a sus 62 años en un ejemplo para todos aquellos que todavía están buscando su vocación, ya que no fue hasta los cuarenta que no saltó a la fama gracias a un vídeo de uno de sus monólogos que sus amigos enviaron al Club de la Comedia. Ahora vuelve a El Hormiguero, esta vez para promocionar la nueva temporada de su parodia Leo Talks que el próximo 24 de febrero se estrena en Movistar+, además de sus espectáculos Deja que te cuente y el show Mentes Peligrosas.

Leonardo González Feliz nació el 14 de noviembre en 1962 en Matarrosa del Sil, de la provincia de León, y luego junto a su familia se mudaría a Valladolid donde se crió. No es la primera vez que el cómico relata sus inicios en el mundo laboral, concretamente en un sector bastante diferente del que está ahora.

A los 16 años comenzó a trabajar en la panadería de su padre, mientras estudiaba el bachillerato y después la carrera de Arquitectura, pero este camino no le terminó de convencer y decidió empezar a estudiar Derecho. Después de empezar muy convencido de su camino lo volvió a reenfocar esta vez a un FP de Volumen y Escultura en el Instituto de Artes y Oficio, pero tampoco. Lo abandonó para trabajar como camarero en un bar de la capital de Valladolid llamado Harlem, del que más adelante acabaría siendo su inspiración para crear su nombre artístico. "Servíamos desde primera hora de la tarde hasta la madrugada, y aprendí un oficio que va contigo para siempre. Es una experiencia vital impresionante, tiene sus partes malas, por aquello de que mientras la gente se divierte tú estás currando, pero aprendes muchísimo, se educa uno en vivir y en aprender", cuenta de la profesión que empezó a los 28 años.

Sus primeros pasos sobre las tablas llegaría en el bar La Salamandra, que pertenecía a un buen amigos suyo. Después de mucho insistir en que tenía un gran sentido del humor, terminó por convencerlo de que actuara. "El detonante fue un amigo, Mariano, que tenía un bar llamado 'La Salamandra' y había actuaciones todas las semanas. Iban muchos cómicos y él me decía: 'Tienes que actuar, que yo me río mucho contigo'. Ya no me podía echar atrás".

En una de sus actuaciones en el establecimiento vallisoletano fueron unos amigos los que grabaron su actuación y la enviaron al Club de la comedia, donde finalmente ganó la final del Tercer Certamen de Monólogos en 2002. A la vez sus vídeos de Youtube fueron cogiendo cada vez más popularidad con personajes ficticios como El Bocas de Zaragoza. Finalmente, su gran oportunidad se materializó en sus apariciones en La hora de José Mota y El club de la comedia

El lado más privado de Leo Harlem

A pesar de que es un nombre muy conocido, su vida personal contrasta con todo lo abierto que parece en sus actuaciones. Guarda con recelo cada aspecto de su vida junto a Nuria, la mujer que lo conquistó hace ya 30 años "No hablo de política ni de religión ni de mujeres ni de sexo. Yo podría ser más gracioso hablando de esos temas, pero crearía tensión y lo que pretendo haciendo humor es que la gente se ría. Prefiero reírme de las bobadas que se ponen de moda, de lo que hacemos todos y por eso llego a más gente", explicó en una entrevista para el Diez Minutos.

Esto es algo que deja ver en sus redes sociales, en las que no muestra nada de estos temas. De su vida con Nuria se ha podido saber que se conocieron en la universidad, no están casados y no tienen hijos. "A mí me gusta la vida sencilla. Hay gente que ha hecho negocio con su vida, y a mí eso no me aporta", apuntó en un episodio de Joaquín, El novato.