Evasión

Andrés Arconada recomienda 'Desmontando un elefante', un drama familiar por la adicción al alcohol

Los que leéis habitualmente estas líneas sabéis que siento una cierta debilidad ante las mal llamadas películas pequeñas, una calificación que me cuesta entender ya que a veces las historias son mucho más grandes que las de esos títulos de abultados presupuestos con resultados, aunque no siempre, que dejan mucho que desear. Desmontando un elefante, la recomendación de esta semana, me ha gustado mucho. Aunque el tema central no pretenda conmover, remueve una serie de sentimientos que una vez fuera del cine te invita a reflexionar y a rellenar los distintos puntos suspensivos que deja pendiente.

La historia es la de una prestigiosa arquitecta que es alcohólica y que en estado de una embriaguez notable produce un grave accidente en el hogar, lo que provoca su internamiento en una clínica de desintoxicación durante dos meses. Al volver a casa tendrá que enfrentarse no sólo a sus miedos y adicción, sino a su propia hija y a su marido, siendo la dependencia y la incomunicación los ejes centrales de esta historia. Es importante destacar los oficios de madre e hija, ya que tienen que ver mucho con la trama: la arquitectura en el caso de la madre, algo en apariencia sólido, mientras el mundo de la hija es la danza, que se supone que, al requerir de movimientos y libertad, dejaría respirar al personaje. Sin embargo, no es así, sino que se enfrenta a un bloqueo emocional que la asfixia.

Aunque la adicción de la madre está presente en todo el metraje, todo gira alrededor de la incomunicación en una familia que no sabe afrontar los problemas y en la que el silencio se convierte en una losa penosa y dolorosa de la que es difícil salir. La falta de comunicación es tan tremenda que es como una herida difícil de cerrar. Además, no sólo está la adicción de la madre al alcohol, sino también la de una hija hacia su progenitora que no le permite soltar riendas.

Una inmensa Emma Suárez

Es muy importante ver esta película atentamente, entendiendo lo importante que es la elipsis y no cayendo en el vicio de mostrar lo ya mostrado, dando un giro para entender el propio título de la película: un elefante pequeño cabe en una habitación pero, ¿qué hacemos si éste crece?

El debutante Aitor Echevarría demuestra su pulso y conocimiento del cine, ya que ejerció durante un tiempo como director de fotografía. No obstante, el punto fuerte está en las interpretaciones: una inmensa Emma Suárez que da a la madre todo lo que requiere. Y me da la sensación de que aporta, incluso, cosas no escritas en guion; y una Natalia de Molina como hija que dota al personaje de una calidez y complejidad que la define como una de las mejores actrices de su generación. No sé si el tema te interesará, querido lector, pero a mí me ha gustado y mucho.

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