Se dice que el vino mejora con el paso de los años, debido a la evolución de su sabor y el almacenamiento adecuado. De ser así, no solo estaríamos hablando del vino más antiguo del mundo, sino también del más delicioso. Por el momento, la única afirmación contrastada es la primera, ya que la bodega a los pies de los Hospicies Civils de la ciudad de Estrasburgo alberga el vino bebible más antiguo. Concretamente un blanco seco de Alsacia de 552 años que ha sobrevivido a guerras, a un incendio y al paso del tiempo.
Cosecha de 1472, se dice que tiene notas de avellanas, miel , vainilla, clavo y caramelo. Aunque han sido pocos los afortunados que han podido probarlo, ya que únicamente esta barrica ha sido catada en tres momentos de la historia: en 1576 en honor a una delegación de Suiza, en 1716 después del incendio y en 1944, cuando el general Leclere liberó Estrasburgo durante la Segunda Guerra Mundial.
Eso sí, desde que se abrió por última vez en el año 2015, se ha podido confirmar que sigue siendo un vino bebible, aunque únicamente para los más valientes, ya que tiene un pH casi tan ácido como el vinagre.
Vino y medicina, la combinación perfecta
Bajar los escalones que conducen a la Cave Historique des Hospices es como un viaje al pasado, concretamente a la Edad Media, época en la que se construyó. Inicialmente este edificio fue una iglesia, pero luego pasó a ser reemplazada por uno de los primeros hospitales de Estrasburgo. Y aunque pueda parecer un poco extraño que haya debajo una bodega, no lo es, ya que durante siglos en Francia la medicina y el vino han mantenido una buena relación.
Es sabido por todos que los tratamientos con vino han estado presentes en la antigüedad. Para algunas dolencias se podían llegar a administrar hasta dos botellas al día. Por ejemplo, en la actualidad podemos saber que se decía que beber una botella de Châteauneuf-du-Pape era bueno para la hinchazón o que dos copas de Bergerac ayudaban a bajar el colesterol.
Estos tratamientos dejaron de hacerse hace ya tiempo, aunque todavía es posible visitarla, ya que alberga un museo y una tienda.
Los trasiegos del vino
A lo largo de sus 552 años de vida, ha tenido que mudarse de barril en tres ocasiones, ya que sería imposible que el original durara para siempre. El primer tonel en el que fue depositado este histórico vino duró hasta 1718. El segundo se cambió en el año 2014 a uno de metal para que no se perdiera el contenido y el último fue un año más tarde, en 2015. Se espera que este dure por lo menos otros 300 años .
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