Evasión

La ciudad más pequeña del mundo tiene uno de los mercadillos navideños más espectaculares que debes conocer sí o sí

Mercadillo navideño de Durbuy | Fuente: Sanglier Durbuy

La región belga de Valonia esconde varios tesoros y si por algo se caracteriza es por sus mágicos mercadillos navideños. Si Lieja tiene el más grande de todo el país, Durbuy, la ciudad más pequeña del mundo puede presumir de tener, sin duda alguna, el más especial. Con la llegada de la Navidad, la magia se apodera de ella, que ofrece un auténtico espectáculo de luces, arboles adornados. En definitiva, con una atmósfera única, esta ciudad es perfecta para vivir una Navidad íntima y especial.

Considerada ciudad desde el año 1331, esta pequeña localidad apenas cuenta con 500 habitantes, por lo que aquí no esperes encontrar el bullicio de las grandes ciudades. No obstante, esto no es ningún impedimento para vestir sus callejuelas empedradas y casas de piedra de la manera más bonita.

El mercadillo navideño de Durbuy

Desde el día 22 de noviembre, hasta el 5 de enero de 2025, el casco histórico de la ciudad acoge su especial mercadillo. Concretamente entre el parque Roi Baudouin y el Anticlinal, podemos encontrar más de un centenar de puestecitos repletos de productos artesanales, adornos navideños y comida especial de la región, como su típico vino caliente, ideal para templar el cuerpo.

Además, como en cualquier mercadillo navideño que se precie, en Durbuy no falta una pista de hielo, para patinar al aire libre y disfrutar de la mágica estampa. Tampoco defraudan las actividades que proponen: conciertos, espectáculos y la visita de Papá Noel para los más peques.

Qué ver en Durbuy

Además de poder disfrutar de su mercadillo, esta pequeña gran ciudad también es un sitio digno de visitar por su maravillosa arquitectura. La mejor manera de hacerlo es perderse por su laberinto de callejones y descubrir que están cubiertos de los guijarros del río Ourthe.

Podemos empezar por la rue Daufresne de la Chavalerie, su calle más antigua y pasear hasta descubrir alguno de sus edificios históricos, como el Château de Durbuy, el castillo de los Condes de Ursel o la iglesia Saint-Nicolas.

calle de Durbuy
| Fuente: Istock

También destacan otros lugares como el Parque de Les Topiaires o el anticlinal de La Roche-à-Frêne, un curioso paisaje natural formado por cientos de capas de roca que tiene más de 300 millones de años.

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